Hugo Moyano vivió un fin de semana de contradicciones. Amargado por la derrota de Independiente en el clásico del domingo ante Racing, que además provocó la salida del técnico Almirón, quien venía en la cuerda floja desde un par de fechas atrás.
Pero además estaba contento por motivos extradeportivos. Esa euforia no era por la organización del paro del transporte del 9 de junio. Sucede que su
ahora aliado, el gastronómico Luis Barrionuevo le habría informado en
la tarde del viernes que el juez federal Claudio Bonadio se dispone a
archivar el caso en el cual investigaba a la obra social del gremio de
camioneros por supuestos movimientos sospechosos que registro la
Unidad de Información financiera (UIF).
En su momento, cuando todavía se llevaba bien con el kirchnerismo por los oficios de Rafael Bielsa, Bonadio tuvo contra las cuerdas a Moyano y lo investigó por supuesta defraudación al Estado. Moyano respondió con marchas a los tribunales cuando se imaginó que podría correr el mismo fin que el titular de La Bancaria.
Pero todo cambió y Bonadio terminó en la misma vereda de Moyano,
abiertamente enemistado con el Gobierno. No fue el primer favor del
juez para con el gremialista. A fines de 2013 Bonadio envió a juicio
oral una causa por supuesta adulteración de troqueles de medicamentos
cuyos reintegros cobraba la obra social de camioneros. Moyano nunca
declaró en el expediente.
Es tal la victoria judicial de de Moyano que ni siquiera deberá preocuparse por su entorno directo. Cuando la causa de las operaciones sospechosas
comenzó quedaron en la mira Liliana Zulet, actual cónyuge de Moyano y
quien administra la obra social del gremio, así como también la hija de
esta, Valeria Salerno, que armó empresas para ser proveedora del
gremio. Ambas mujeres están profundamente enemistadas con Pablo
Moyano, uno de los hijos de camionero.
Cuantan que Zulet actualmente es la mano derecha de Moyano en la
administración cotidiana de todas las cuentas del club Independiente,
donde Moyano desembarcó hace un año como presidente.
Bonadio concluirá que no existen pruebas que ameriten nuevas medidas.
Se descuenta que el fiscal del caso Patricio Evers apelará pero ya
para ese entonces Moyano se sentirá seguro.
Sabe que tanto Daniel Scioli como Mauricio Macri, los eventuales presidentes, harán todo lo posible por entablar una buena relación con el sindicalismo, espectro que lo incluye, sobretodo en el comienzo de sus mandatos.