Por Javier Sinay.
En el caso narco que por estos días está de moda en la provincia de Santa Fe, el de la “Narcocumbia”, un productor de cumbia vinculado también –aunque en otras épocas- a negocios de prostitución está acusado de liderar una banda dedicada a la comercialización de narcóticos en la capital de la provincia. Se trata de Raúl Narciso Basimiani, conocido también como “Don Raúl” o “Beto”, y conductor, hasta hace poco, de un programa de radio llamado “Épocas”, declarado de interés municipal, donde transmitía –en la litoraleña FM 89.1- música romántica y tropical. El mismo celular que Basimiani ofrecía a sus oyentes para que pidieran temas era el que usaba para la venta de droga, de acuerdo a las pericias que figuran en la causa y las intervenciones que de ese número hizo la SIDE desde Buenos Aires, en cooperación con la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal y la Procuraduría de Narcocriminalidad nacional (Procunar).
Basimiani, de 48 años, había sido detenido en 2001 en una causa por asociación ilícita vinculada a la prostitución en la provincia de Entre Ríos y tenía ahora, además de su programa de radio, una productora de televisión con la que estaba tramitando la llegada de Juan “Corazón” Ramón a la capital santafesina. Además, después de ganar un premio a la Trayectoria en los Santa Fe Oro 2013 (a lo mejor del periodismo local), Basimiani soñaba con poner una radio grande y contratar a figuras periodísticas de la zona. Pero el 7 de noviembre pasado fue detenido. Diez días después –el domingo 17– pasó su cumpleaños tras las rejas.
Ahora, “Don Raúl” está imputado de haber participado, en carácter de organizador, en actividades de comercialización de drogas llevadas a cabo en tres locales (dos de ellos, kioscos). El productor de cumbia controlaba una estructura de venta, con protección policial: fue acusado de tener las drogas secuestradas en un allanamiento el 18 de septiembre, en el que hubo dos personas capturadas. En ese operativo (dirigido por el juez federal santafesino Francisco Miño y pedido por el fiscal Walter Rodríguez) se intervinieron los teléfonos de los detenidos para realizar escuchas telefónicas. En varias oportunidades, el protagonista de las conversaciones era Basimiani. “Este debe ser la única causa en el país en el cual una persona está presa por un caso de drogas pero no le encontraron ningún elemento referido al consumo, venta o producción de estupefacientes”, dice el abogado defensor del productor musical, Néstor Pereyra.
La fiscalía indagó, además, en los vínculos entre el productor musical y Daniel Mendoza, “el Tuerto”, procesado como responsable de una cocina de drogas en el barrio de Colastiné Norte, en la misma casa donde, hasta el jueves 7 de noviembre (cuando se realizó el allanamiento), vivió Basimiani con su familia. “Yo creo que están haciendo un esfuerzo muy grande por vincular a mi cliente con Mendoza, justamente porque no tienen otro tipo de pruebas”, agrega el abogado del productor.
De la casa de Basimiani también fueron secuestrados un chaleco antibalas, una pistola 9 mm y dos coches: un BMW coupé y una camioneta WV Fox.