Un pastor de los Testigos de Jehová quedó con prisión preventiva acusado de haber abusado sexualmente de una adolescente a la que mantuvo cautiva durante un año y medio en su casa de la ciudad bonaerense de Tapalqué, informaron fuentes judiciales, citadas por la agencia Télam.
Según los investigadores, la chica denunció que durante su secuestro fue reducida a la servidumbre, golpeada, cortada con un elemento filoso y obligada a tener relaciones sexuales con desconocidos y prácticas zoofílicas, entre otros abusos.
Fuentes judiciales informaron a Télam que la jueza de Garantías 1 de Azul, Mariana Iriani, resolvió en la tarde del miércoles dictarle la prisión preventiva al acusado Jorge Antonio Torres, quien está detenido desde el 2 de agosto pasado.
Los voceros precisaron que la magistrada hizo lugar al requerimiento presentado el viernes pasado por el fiscal Javier Barda e imputó a Torres los delitos de «estupro agravado por ser un representante religioso, secuestro coactivo en concurso ideal con reducción a la servidumbre, abuso sexual agravado por ser conviviente y desobediencia», todos ellos en concurso real.
De acuerdo a la investigación, Torres está imputado de haber mantenido cautiva a una adolescente de 18 años desde diciembre de 2011 hasta el 17 de julio pasado, cuando la chica escapó de una fábrica de chacinados -propiedad del sospechoso- en Tapalqué, en el centro de la provincia de Buenos Aires.
Según las fuentes, Torres conoció a la chica y a su familia en 2008, cuando junto a su esposa fueron a comprar la miel que vendían y captó su atención como líder de la congregación de los Testigos de Jehová de Tapalqué y la vecina Azul.
Un investigador contó que la joven pasaba por un mal momento por la separación de sus padres y comenzó a participar de las actividades religiosas, durante las cuales el pastor ganó su confianza y comenzó a pasar mucho tiempo con él.
Sobre este aspecto, el secretario de la Fiscalía General de Azul, Sergio Hernández, dijo a la prensa que Torres «tenía un poder de dominación sobre ella, tenía categoría de `anciano´ dentro de la congregación y le debían respeto y obediencia».
Cuando la adolescente tenía 14 años, según ella misma denunció ante la Justicia, se produjo el primer abuso sexual, en momentos en que Torres la pasó a buscar con su camioneta y «se aprovechó del respeto e importancia que generaba su posición en el credo», indicó el funcionario.
Según relató la chica en su denuncia, a partir de diciembre de 2011, Torres se separó de su mujer, se fue a convivir con él y comenzó «un infierno». De acuerdo con Hernández, la denunciante fue obligada a permanecer «dentro de la casa», «fuera de todo contacto» y «no tenía acceso a los medios de comunicación, a un teléfono celular».
Además de no poder ver a su familia, ir al colegio y ser forzada a limpiar la casa, la chica comenzó a ser abusada sexualmente a diario, golpeada, trasladaba hasta Azul para tener sexo con extraños al azar y obligada a mantener prácticas zoofílicas con los dos perros de la vivienda, explicaron las fuentes.
Hernández recordó que cada vez que Torres salía la dejaba encerrada, y que, incluso, «estaban todas las ventanas cercadas y había en el piso alambres o elementos como para cortarse» para evitar que escapar. Por esta razón, para huir, la chica aprovechó cuando Torres la llevó a limpiar a su fábrica de chacinados en momentos en que no se encontraba ningún empleado.
En un descuido de su captor, la adolescente corrió a la calle para pedir ayuda y, pese a que Torres descubrió su escape, la alcanzó y comenzó a golpearla, vecinos que observaban la situación pidieron ayuda y la Policía la rescató. «Lo detienen en la vía pública cuando intentó agredir a la chica (…) Otras personas lo ven y hacen la denuncia a la policía», explicó Hernández.