Por Ignacio Ramirez.-

Un nuevo escándalo se desató en el Servicio Penitenciario de la provincia de Córdoba por una fiesta con consumo de cocaína realizada en una celda del Penal de Bower, donde además se exhibe un arma blanca. Esto fue captado por un celular en el interior del penal de máxima seguridad, en el Módulo MXI de la cárcel ubicada en una zona rural de la capital provincial. El video de presos en temporada vacacional  es protagonizado por cinco reclusos que además de tener celulares poseen conexión a internet.

El video esté en poder del fiscal general Alejandro Moyano, quien dio intervención directa al fiscal Marcelo Fenol, del Fuero Provincial de Lucha contra el Narcotráfico.

“Los presos están de vacaciones, los penales son dueños de los reclusos. El Bower tiene el mismo director desde hace 6 años, llama la atención que los presos vip son moneda corriente en la provincia. Mientras los penitenciarios estamos atados de pies y manos, sin comida, sobrecargados de horas”, acusa la secretaria general del Sindicato Penitenciario y Policial SEPPA (Córdoba), Adriana Rearte.

Los presos VIP tienen  acceso a determinados elementos de lujo, algunos de los cuales vulneran las reglas más elementales de la seguridad carcelaria.

Ahora la justicia tendrá que volver a investigar una posible connivencia de los guardia cárceles con los presos. Lo que es contundente en la filmación tumbera es que los condenados tienen acceso directo de cocaína, cuchillos, internet y celulares. Todos elementos que están prohibidos en las cárceles por seguridad interna y externa.

El negocio interno del tráfico de elementos mueve millones de pesos a lo alargo y ancho del país. La venta indiscriminada de narcóticos, pastillas, armas,  celulares,  y los privilegios reinan entre los muros de los pabellones.

El sindicato denunció los privilegios en en septiembre del 2013.  Las libertades prohibidas de determinados presos van en detrimento de la seguridad de reclusos y penitenciarios: “Las fotos y los videos de los detenidos son muy osadas, es un descaro. Están detenidos, y es algo desafiante. Gozan de impunidad. Chocan al sistema, droga, cocaína y celulares. Esta todo prohibido y sin embargo lo tienen. Ellos muestran lo prohibido. Le falto mostrar un arma nomás”, indica la secretaria que denuncio hace 8 meses a un interno de la Unidad Penitenciaria Número 5 de Villa María, Gabriel R. (con antecedentes por hechos contra la propiedad)  subió las fotos a la red social Facebook y en las que claramente se pueden observar que en los pabellones que ellos habitan hay teléfonos celulares, internet, televisión satelital, dinero en efectivo y drogas.

Elementos que pudieron sortear no solo la vulnerabilidad del penal, sino cualquier tipo de requisa posterior, todos elementos prohibidos para los presos en cualquier institución carcelaria del país.

Fuentes del Servicio Penitenciario de la provincia indican que en realidad los presos que acceden a esos módulos tenían que pagar indirectamente entre 1.500 y 3.500 pesos para poder acceder a esos beneficios.