Entre quienes conocen las internas de las fuerzas de seguridad, se comenta cada vez con más asombro la decisión del gobernador Daniel Scioli de nombrar como ministro de Seguridad al intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, alias el sheriff, apodo que se supo ganar por su gusto por las armas. En esos corrillos se comenta que ese nombramiento es parte del pacto que el mandatario supuestamente hizo con los capos de la policía Bonaerense. Hablan de un acuerdo para que transcurra con tranquilidad lo que resta hasta las elecciones de octubre. El pacto implica devolverle a la policía su propio manejo, más allá de los avateres políticos. El futuro es una incógnita.