| Tragedia de Once

Otra de las querellas, a punto de llegar a un acuerdo

Dos de los grupos de querellantes ya habían acordadado con TBA. La semana próxima haría el anuncio que grupo que representa el abogado Gregorio Dalbón.

Jaime y Schiavi se sentaron juntos en la primera audiencia.

Jaime y Schiavi se sentaron juntos en la primera audiencia.

El primer día del juicio oral por la tragedia de Once dejó poco y nada, sólo una extensa lectura de los autos de elevación a juicio que escribió el fiscal Federico Delgado. Lo más determinante sucedió en los alrededor a la sala del juicio, entre los acusados, sus abogados y demás personajes que le aportan color a la vida de los tribunales de Comodoro Py. Allí se habló, por ejemplo, que otro de los grupos de querellantes estarían a punto de llegar a un acuerdo con TBA.

El ex secretario Ricardo Jaime, tal vez el más reconocido de los acusados, llegó a los tribunales acompañado por su abogado Andrés Marutián.  La semana pasada organizó una cena con amigos en el restaurante Malacara y les contó que le había ofrecido a su exabogado, el reconocido penalista Zenón Ceballos, que se incorporara a su defensa sólo para el juicio oral que arrancó ayer y que durará un año y medio. Este es un abogado con buena reputación y acostumbrado a defender a políticos en problemas. Declinó el ofrecimiento de modo cortes porque, le explicó a Jaime, tiene una oferta de Jorge Rizzo para ocupar un lugar clave en la lista para las elecciones del Colegio de Abogados de la Capital (suena como nuevo titular del Tribunal de Disciplina).

Antonio Sicaro, extitular de la CNRT, vivió el juicio acompañado por uno de sus hijos. Tiene dos y ambos son funcionarios en el ministerio del Interior y Transporte. Sicaro es íntimo de Florencio Randazzo y tiene un contrato con la cartera que este conduce a pesar de no tener un cargo formal. Tiene acceso directo al ministro que conoce desde Chivilcoy y lo asesora en todo lo referido a la remodelación de las formaciones ferroviarias.

El directivo de TBA Carlos Lluch fue uno de los hombres clave en las últimas horas para lograr que tres cabezas de querella desistieran de continuar en el juicio a cambio de un arreglo económico. Lluch ayer contó que las cifras con las que especulan los diarios son irrisorias (La Nación arriesgó 300 mil pesos) y que el montó verídico se ubicó entre los 2 y los 3 millones de dólares.

A la hora del receso el restaurant de Comodoro Py ofrecía un cuadro imperdible: en una mesa Juan Pablo Schiavi y Jaime, en otra Sicaro, en otra el abogado Gregorio Dalbón (este dice que no aceptó el acuerdo con TBA pero lo cierto es que lo aceptó y lo comunicará la semana que viene) y luego tres mesas más ocupadas  por familiares de las víctimas. Todos almorzaron en perfecta armonía sin lugar para insultos y reclamos.

Los hermanos Claudio y Mario Cirigliano no comparten abogado. El primero es defendido por Juan José Sforza, histórico de los tribunales de Comodoro Py y el segundo por Mario Laporta (h), cuyo padre fue una figura clave durante el menemismo y él tiene un estrecho vínculo con el Opus Dei.

Después de la primera jornada, que sólo se dedicó a la lectura de la acusación, el proceso oral y público continuará la semana próximo. Está previsto que dure un año y medio por lo menos.