| Ocultación de información

Otra causa contra Stiuso

Un fiscal federal lo acusa de incumplimiento de los deberes de funcionario público y ocultación de información en la causa por el ataque a la AMIA. Se presume que está en Estados Unidos, donde tiene buenos amigos.

El ex jefe de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI) Antonio “Jaime” Stiuso quedó imputado por ocultamiento de información de la investigación del atentado a la AMIA y por posible incumplimiento de sus deberes de funcionario.

Fue acusado por el fiscal federal Juan Pedro Zoni, quien sostiene que hay razones para abrir una causa penal, en base a una denuncia del actual titular del organismo, Oscar Parrilli, que da cuenta de que el ex agente no dejó reporte alguno ni resultados de su colaboración en la última década con la pesquisa sobre el ataque terrorista, a la que él mismo atribuyó su estrecha relación con el fiscal Alberto Nisman.

Se suma así una nueva causa contra el ex hombre de fuerte de la ex Side, quien ya fue denunciado por el legislador Gustavo Vera por presuntas maniobras de lavado de dinero a través de un entramado de empresas y en otro expediente se lo investiga por enriquecimiento ilícito.

Según informa Página 12, el origen de esta causa fue un hallazgo de la Unidad AMIA, que tras la muerte de Nisman fue reconfigurada: hoy la coordina Juan Murray y la integran los fiscales Sabrina Namer, Roberto Salum y Patricio Sabadini. Cuando se pusieron a buscar los entrecruzamientos de llamados internacionales entre 1991 y 1996 que pudieran estar vinculados con el atentado, encontraron que había un intercambio de escritos entre Nisman y Stiuso, el primero de 2006 y el último de enero de este año. En 2007 Stiuso decía que el trabajo sobre esos llamados estaba casi terminado, pero hasta poco antes de aparecer sin vida el fiscal se lo seguía reclamando. Así fue como la unidad le pidió a la SI información sobre esos entrecruzamientos, pero en el organismo no encontraron rastros de que se hubieran realizado en ninguna de sus dependencias. Sospechan que ese trabajo en realidad nunca se hizo.

Según refleja el escrito del fiscal Zoni, en el ámbito de la SI se generó un expediente interno en el cual las direcciones de Contrainteligencia, Terrorismo, Apoyo y Logística, y Observaciones Judiciales dijeron que la Dirección General de Operaciones nunca les había pedido colaboración en relación al caso AMIA y aclararon que Stiuso era el único que decidía quién trabajaba en “los requerimientos judiciales provenientes de la UFI- AMIA”. Lo único que se encontró fue el “intercambio epistolar” Nisman-Stiuso, pero “ninguna constancia, documento o material que tuviera relación directa con los trabajos específicos solicitados” por la unidad.

La central de espías citó a Stiuso para dar explicaciones el 6 de abril último, pero nunca se presentó. Su abogado dijo que está fuera del país. Se fue después de declarar como testigo en la causa del a muerte de Nisman tras ser relevado de secreto. Según la información con que cuenta el Gobierno está en Estados Unidos.

Entre las medidas que el fiscal Zoni le pidió al juez Rodolfo Canicoba Corral para dar inicio a la investigación, hay un informe sobre los “movimientos migratorios” de Stiuso, su legajo y toda la documentación que haya recibido la UFI de parte de la SI en el trámite de la causa AMIA.Cuando se presentó ante la Justicia Federal, la SI denunció que a partir del momento en que se tomó licencia, el 18 de diciembre último y su jubilación el 6 enero, Stiuso no entregó a sus superiores ninguna documentación ni información sobre tareas o trabajo alguno de investigación vinculado con el atentado a la AMIA, pese a que lo obliga el estatuto del personal de Inteligencia. Señaló que la pérdida u ocultamiento de información implica una falta severa. Según denunciaron las autoridades del organismo se trata de una “omisión” y una “violación a los deberes” de un funcionario de alta jerarquía, al igual que –señalaban– “ocultar informar certeramente sus domicilios” ante la secretaría. Cuando lo citaron a declarar, en dos de los domicilios donde lo fueron a notificar, no sabían ni quién era; otra propiedad estaba cerrada; y en el estudio de su abogado Santiago Blanco Bermúdez, dijeron que allí no se lo podía notificar. También es considerado una falta grave, según el estatuto y la ley de inteligencia, que no se haya presentado a rendir cuentas ante la citación de sus superiores.

Stiuso tampoco fue a declarar a la unidad AMIA, donde lo habían convocado la semana pasada. Ese órgano terminó ordenando un “comparendo compulsivo”, que es una orden para que la Policía Federal lo lleve a declarar si lo ubica en el país. Pero todo indica que está en el exterior y la única forma de que alguna vez puedan llegar a traerlo por la fuerza sería con una acusación concreta y un pedido de extradición. Y tampoco sería tan sencillo. Si está en Estados Unidos, sólo se lo podría traer por delitos que contemple el tratado de cooperación que suelen ser los más graves o que prevén más castigo.

En esta causa, Stiuso podría ser implicado en los delitos de ocultamiento de pruebas e incumplimiento de deberes, aunque la investigación podría derivar en otros más. De todos modos, tiene otras dos causas penales que podrían ser más graves. En uno de los expedientes, a cargo del juez penal económico Rafael Caputo, se lo responsabiliza por contrabando: la SI detectó que por la Aduana se hacía entrar como material de Inteligencia, con un régimen libre de toda clase de impuestos, equipamiento para odontología, oftalmología y dispositivos como PlayStation, que eran derivados a empresas. En otra de las causas, Stiuso está imputado por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero junto con otros ex agentes en un expediente a cargo de Sebastián Casanello.

 


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