La causa que protagoniza Hugo Moyano por supuesta estafa al Estado será otro de los expedientes que guardan escenas imperdibles para fin de año, cuando baje la espuma de unas legislativas que llegan amortiguadas por las PASO. El caso del camionero poco o nada tiene que ver con otros sindicalistas cercados por la justicia como el ya detenido José Pedraza, Gerardo Martínez (de la UOCRA) o Juan José Zanola, ex amo y señor de La Bancaria.
El expediente de Moyano, en el cual se busca saber si estafó a la Administración de Programas Especiales (APE) con troqueles de medicamentos adulterados, esconde una complejidad de tipo familiar: la complicada, y así siempre lo ha entendido Bonadio, es la esposa del jefe de la CGT opositora, Liliana Zulet, que nunca dudó en firmar nada.
La Unidad de Información Financiera (UIF) cuenta con tres reportes de operaciones sospechosas (ROS), del BBVA Banco Francés, que mencionan transferencias entre cuentas pertenecientes a la Asociación de Camioneros, a la Obra Social y a las empresas Iarai S.A., Aconra S.A. y Dixey S.A. (controladas por Zulet y familiares cercanos, como su hija), realizados entre marzo y julio de 2011 y entre enero y abril de 2012. Un cuarto reporte corresponde a operaciones realizadas entre junio y octubre de 2012. Todas por un total de 580 millones de pesos.
La UIF apuesta por la idea de una ingeniería empresarial en la que parte de los fondos que salieron de la Obra Social de Choferes de Camiones (Oschoca) y del Sindicato de Choferes de Camiones retornarían al grupo familiar de Moyano a través de las compañías que se encuentran dirigidas por personas de su entorno directo, que ocupan cargos de relevancia en las empresas que brindan en forma exclusiva servicios a los organismos dirigidos por Moyano.
Esta es una situación álgida, que le crea problemas a Moyano en el entorno familiar, puntualmente con su hijo Pablo (que nunca toleró a Zulet y su pasión por emprender nuevos negocios). De hecho, nadie lo admitirá en voz alta, pero en Comodoro Py cuentan que hace algunos meses Pablo Moyano se reunió con el juez Bonadio.
Con gran timming político, Bonadio prefiere indagar a Zulet antes que a Moyano pero por ahora se dedica a mirar de costado ya que el último informe que recibió de la fiscalía anti-lavado (y que devino en una movilización del gremio de camioneros) lo redactó Carlos Gonella, hombre de Carlos Zaninni y que desplazó a ese buen amigo de Bonadio que siempre fue Raúl Pleé.
Ese informe también lo leyó el fiscal Patricio Evers, quien no encontró grandes novedades a nivel procesal sino algunos elementos nuevos de baja cuantía. “No me extraña, este pibe igual ya está con un pie en Formosa”, le dijo a sus colaboradores en referencia a que Gonella ya tiene acuerdo del Senado para ser fiscal general en la provincia norteña.