El portero Jorge Mangeri, único imputado por el crimen de Ángeles Rawson, firmó cuando llegó detenido a la Alcaidía de Tribunales, el 15 de junio del 2013, una ficha en la que dejó asentado que las lesiones que tenía en su cuerpo se las había autoprovocado con un encendedor.
Así surge de un acta de la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Federal (SPF) introducida hoy en el juicio oral por el abogado querellante Pablo Lanusse, en la cual Mangeri indicó: «Las lesiones que tengo me las produje yo en la vía pública con un encendedor».
Con letra de imprenta manuscrita, la frase se encuentra en un documento que lleva el título «Acta de Lesión», está firmado por Mangeri y al que Télam tuvo acceso cuando le fue entregado hoy por el tribunal al abogado del imputado, Adrián Tenca.
Ésta sería una segunda autoincriminación del portero en el expediente, luego de que horas antes de su detención, en la Fiscalía de Instrucción 35 de Paula Asaro, dijera: «Soy el responsable de lo de Ravignani 2360. Fui yo».
El abogado de la familia Rawson solicitó ayer por escrito ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 que el oficial del SPF que labró ese acta sea citado como testigo.
Se trata del subadjuntor Alejandro Murdoch, quien era jefe de turno de la Unidad 28 del SPF y labró el acta cuando Mangeri llegó detenido desde la División Homicidios a las 12.50 del sábado 15 de junio de 2013 -por error el documento dice abril-, para su indagatoria ante el juez.
Ahora Lanusse quiere que el agente penitenciario que labró el documento confirme en el juicio cómo Mangeri le hizo esa referencia y si la letra es del propio imputado, tal como sospechan los acusadores de la fiscalía y la querella.
Al iniciarse la audiencia de hoy, el presidente del TOC 9, el juez Fernando Ramírez, le corrió vista a la partes sobre este pedido de la querella.
El fiscal Fernando Fiszer mostró su conformidad con lo peticionado por Lanusse, mientras que el defensor Tenca pidió tiempo para interiorizarse del tema y al mediodía, antes de que se diera por concluida la jornada de hoy, contestó que no se oponía a la citación del penitenciario Murdoch.
Pero Tenca pidió como condición que esa declaración se realice el mismo día que sean convocados los médicos que revisaron las 34 lesiones que presentaba el encargado de Ravignani 2360 el día de su detención.
Este acta del SPF no constaba en la causa y recién surge ahora en el juicio oral porque es parte de la instrucción penal suplementaria solicitada por la querella para el debate.
Voceros judiciales explicaron que fueron la fiscalía y la querella las que pidieron al TOC 9 que se incorporen los informes del SPF sobre Mangeri y en en la foja 2 de ese legajo apareció el acta de las lesiones autoprovocadas.
Algunas fuentes judiciales evaluaron que el acta no puede ser tomada como una prueba contra Mangeri porque nadie puede declarar en su contra y porque la manifestación no fue realizada en una indagatoria y ante un juez.
No obstante, otros afirman que este hecho al menos revela que el portero mintió cuando horas antes, mientras declaraba bajo juramento de decir verdad en la fiscalía, dijo que lo habían quemado en un patrullero, versión que volvió a ratificar ahora en el juicio oral.
Las lesiones de Mangeri son un elemento clave de la acusación porque se cree que las excoriaciones que presentaba el portero fueron los rasguños que Ángeles le alcanzó a provocar en su intento por defenderse y que quedaron en evidencia cuando debajo de sus uñas se halló ADN del acusado.
También se cree que las ampollas que presentaba en el torso, brazos y hasta en la mejilla izquierda, eran quemaduras autoprovocadas por el imputado para tapar y enmascarar los arañazos que la víctima dejó en su cuerpo.
Más allá de este planteo, la décimo tercera jornada del juicio contó hoy con la declaración de ocho testigos, varios de ellos policías vinculados al hallazgo del cuerpo en la Ceamse de José León Suárez y a su traslado a la morgue judicial porteña.
Mangeri (43), quien hoy no fue trasladado a Tribunales y se quedó en el penal de Ezeiza, enfrenta en este juicio el cargo de «abuso sexual seguido de muerte», delito por el que podría ser condenado a prisión perpetua, si el TOC 9 considera que fue la persona que el 10 de junio de 2013 abordó a Ángeles «Mumi» Rawson (16) con fines sexuales, la golpeó y la sofocó y estranguló con sus manos.