El juez federal Ariel Lijo puede tener algún dolor de cabeza en el juicio por el encubrimiento de la causa AMIA que estáa en marcha desde hace un par de semanas.
En este dabate se van a ventilar varias cuestiones que servirán para entender parte del entramado actual del fuero federal y la relación de sus integrantes con la ex SIDE.
Lijo inició su carrera en la Justicia como secretario de confianza de la jueza María Luisa Riva Aramayo, la «Piru»ya fallecida a quien un abogado de la matrícula la recuerda siempre por su espiritu emprendedor para hacer negocios.
Riva Aramayo apareció en la causa AMIA justo cuando el reducidor Carlos Telledin recusó al ex juez Juan José Galeano. Riva Aramayo era camarista, superior de Galeano y visitó en reiteradas ocasiones al reducir cuando este quedó preso.
Luego Telleldin aseguraba que la camarista lo presionaba para desviar la investigación de la pista siria y concentrarse en la trama policial. En dos de esas reuniones fue acompañada por sus jóvenes secretarios.
El problema es que Telleldin dirá en el juicio que Lijo dibujó el plano que luego el reducidor utilizó para ejecutar el encubrimiento. Ese plano, según le habría dicho Telleldin a Riva Aramayo, explicaría todo.
Será un momento incómodo, casi 20 año más tarde. Lijo es uno de los jueces más importantes del fuero y tiene expedientes que preocupan al kirchnerimo como la causa Ciccone. Su hermano acaba de ser señalado porque su esposa tendría una financiera en sociedad con el camarista Eduardo Freiler, un caso que puede traer colar.
Lo notable de la historia es que fue el juez Lijo quien llevó adelante la causa por encubrimiento que se está llevando a cabo ahora y que tiene al expresidente Menem entre os imputados, además de a Galeano y al propio Telleldín.
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