El banquero José Luis Pardo quedó, como nunca, en el medio de la escena luego del discurso de Cristina Fernández del martes por la noche. Dueño del Banco Mariva, al cual la presidenta acusó de hacer operaciones ilegales en la modalidad contado con liqui en conjunción con el Grupo Clarín, el «Chicho» Pardo es íntimo del ex presidente Eduardo Duhalde con quien ha compartido vacaciones en el exterior y cenas de fin de año.
Lo cierto es que el Mariva es un banco muy conocido en los despachos de Comodoro Py. En 2011 comenzó a ser investigado por el juez Sergio Torres a partir de las confesiones del exdirectivo de JP Morgan Hernán Arbizu que incluyó al banco en una serie de operaciones descomunales de lavado de dinero en las cuales también estaba involucrado el Grupo Clarín.
Algo mucho más grave que algunas operaciones de contado con liqui en un offshore de las Bahamas. En la zona bancaria persiste, casi como un mito, urbano que el Mariva en realidad es un banco porpiedad de los accionistas de Clarín y con la única necesidad de favorecer ciertos negocios.
No hace publicidad, no tiene acuerdos con tarjetas, casi no registra cuentas sueldo y su estructura gerencial es prácticamente inexistente. El banco está revistido por un aura sombría que ni siquiera se quitó cuando hace dos años allí desembarcó Juan Martín Pardo, hijo del Chicho que tiene más éxitos en otros entornos distinto al bancario.
La Comisión Nacional de Valores realizó durante el miércoles por la mañana una inspección en el Meriva, después de haber sido apuntado por la Presidenta en el discurso del martes. Los inspectores se llevaron documentación que podrían derivar en sanciones en las próximas horas por operaciones de contado con liqui.
En 1999, el Chicho Pardo comenzó a ser investigado cuando en la comisión directiva de Banfield denunciaron que supuestamente se quedaba con algún porcentaje de los pases de los jugadores, dijeron a CyR fuentes del club.
Eran tiempos extraños y Banfield, un club con historia pero casi de barrio, tenía los mejores patrocinantes del establishment: Loma Negra, Benito Roggio, Acindar, la ya extinta AFJP Orígenes y la automotriz Toyota. También un pasivo de 20 millones de dólares. La causa nunca avanzó.
Ahora Pardo es seguido de cerca por el fiscal Miguel Osorio que reporta en Justicia Legítima aunque en Comodoro Py no es bien visto y no por su cercanía al kirchnerismo sino porque lo señalan por haber dormido la parte de la trama Schoklender que tenía que investigar la relación de las administraciones provinciales con la fundación Sueños Conmpartido.