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La historia secreta de la designación de Lorenzetti como «embajador ambiental»

Un empresario fue el gestor del «premio» que le dieron a Lorenzetti en la OEA. La desconfianza del macrismo, que busca la renovación de la presidencia del máximo tribunal.

Lorenzetti se muestra muy activo.

Lorenzetti se muestra muy activo.

Ricardo Lorenzetti se mostró hoy al mediodía en un acto junto a jueces federales para promocionar el nuevo sistema por el cual se hará de acceso público la información sobre casos de corrupción. Antes el presidente de la Suprema Corte se dio el gusto de viajar hasta Washington para recibir un premio de la OEA que lo designó «embajador ambiental».

El honor fue ampliamente difundido por los medios de comunicación argentinos aunque un detalle pareció quedar de lado: quien tramitó el premio fue el empresario dueño de la cadena Sheraton en Argentina, Gustavo Cinosi el mejor amigo que Carlos Zaninni supo tener en el establishment cuando era secretario de Legal y Técnica.

Las gestiones de Cinosi en Estados Unidos, donde tiene buena agenda gracias a ese otro amigo que es Eduardo Eurnekián, no han pasado desapercibidas en el Pro donde desconfían del presidente de la Corte y por eso esperan que el ingreso al tribunal de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz tenga por primera medida una nueva votación de autoridades.
Este hábil hombre de negocios es casi un alter ego del “Chino” Zannini. El otro vendría a ser el titular de Electroingeniería, Gerardo Ferreyra que molestó por algunos roces con el gobierno macrista ya habla de mover sus negocios a Chile o Brasil.
El año pasado Cinosi analizaba un primer desembarco en el juego en el área de apuestas deportivas. Se trata de un negocio que ambiciona Cristóbal López quien ya compró un software especial en España para canalizar este tipo de apuestas por Internet.
En los noventa Cinosi  tenía un taller que hacía stands para exposiciones de supermercadistas.  Conocer a su actual socio Juan Mirenna fue la llave para desembarcar en el Sheraton Pilar, donde tiene sólo el 5% de las acciones. Aunque no realiza tareas ejecutivas, ésa es su base de operaciones: allí recibe a figuras del mundo de los negocios, la Justicia, la diplomacia y hasta el propio Zannini, claro.
La política y el empresariado le abrieron puertas y en 2015  fue nombrado Senior Advisor del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.  Los que no lo quieren deslizan que hasta puede tener contactos con la CIA. Los que sí, en cambio remarcan que puede “mover cielo y tierra” para cumplir con el pedido de un amigo.