La ministra de Educación de la ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, recogió el rechazo de toda la comunidad educativa luego de haber descalificado a quienes eligen la carrera docente.
Durante un encuentro virtual de Juntos por el Cambio mediante la plataforma Zoom el 8 de noviembre, Acuña había dicho que las personas que eligen el magisterio «son de los sectores cada vez más bajos» de nivel «socioeconómico».
Dijo también que son «cada vez más grandes de edad» y que eligen la docencia «como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras».
Además la ministra aseguró que había que alentar a los padres a denunciar a los docentes que hagan «bajada de línea en el aula».
La reacción de docentes, sindicatos, dirigentes y especialistas fue de un rechazo generalizado, mientras Acuña trató de explicar su indefendible postura.
Su formación
Sus palabras, es evidente, dichas en el ámbito partidario reflejan su modo de pensar y el del espacio del que ella forma parte. No son un desliz.
Así lo demuestra la defensa que hizo de ella el ex presidente Mauricio Macri en una carta publicada en el diario Clarín.
«Con las escuelas abiertas como punto de partida deberíamos construir los acuerdos que necesitamos para mejorar la calidad de la educación argentina. Tenemos que animarnos a debatir sobre estos temas, como hace con valentía Soledad Acuña, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires», expresó.
Con el apoyo del principal dirigente del PRO, se hace necesario saber y conocer cómo se formó la responsable de la educación pública de la ciudad de Buenos Aires.
Acuña nació nació en Bariloche en 1975 y estudió en el colegio alemán Primo Capraro su educación primaria y secundaria y egresó en 1992.
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Según recuerda Página 12, quien entonces estaba al frente de ese colegio era el ex oficial de la SS Erich Priebke, por entonces al frente de la Asociación Cultural germano-argentina, que comandaba la institución.
Después de que una investigación periodística lo descubrió viviendo en Bariloche, donde ocultó su condición de ex oficial nazi, a Priebke lo requirió la Justicia de Italia.
Priebke estuvo al frente de la institución hasta 1993, cuando lo descubren los periodistas y en 1995 se dispone su extradición para un juicio en Italia por la masacre de las Fosas Ardeatinas de Roma, en 1944, bajo su mando.
Prisión perpetua
Al oficial nazi lo condenaron a prisión perpetua por la matanza de 335 partisanos italianos, como represalia por un ataque en el que murieron soldados alemanes.
Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, Priebke consiguió escapar a la Argentina, primero pasó por Buenos Aires y luego se instaló en Bariloche, con otro nombre.
Allí se convirtió en un destacado dirigentes de la comunidad y pasó a convertirse en director de la asociación que regenteaba los colegios alemanes en Bariloche.
Su pasado se hizo presente hasta que lo descubrieron periodistas de la cadena norteamericana ABC y en una entrevista reconoció su responsabilidad en la matanza.
Tras su extradición a Italia lo condenaron a prisión perpetua, que cumplió en un arresto domiciliario hasta su muerte en 2013, con más de 100 años.
Nostálgicos nazis
Después de su paso por la primaria y la secundaria de los colegios que dirigía Preibke, la ministra Acuña luego estudió ciencias políticas en la UBA e hizo una Maestría en Administración y Políticas Públicas en la Universidad de San Andrés.
El cineasta Santiago Varela recuerda que el colegio alemán de Bariloche tuvo dos etapas y que la segunda arranca en 1953, cuando «comienzan a agruparse los inmigrantes, nostálgicos nazis, que llegaron al país en el ‘48”.
A fines de los 70, la escuela recibe apoyo de Alemania Federal para construir el edifico que sería luego la secundaria, de la que Acuña egresa con título de bachiller. Y en la que fue una activa promotora del Centro de Estudiantes, dice el diario.