Por Rafael Saralegui
Los hechos y los datos se suceden y se conocen de tal forma que resulta difícil encontrar la lógica escondida, la trama que no se ve, pero que sería la explicación cierta de una operación que se adjudica a los servicios de inteligencia. En uno de los principales programas de Canal 13, el de Mirtha Legrand, la mediática Natacha Jaitt involucra sin pruebas a una serie de periodistas y figuras del espectáculo en la causa de pedofilia que se inició por una denuncia del club Independiente.
Entre los entraschados se encuentra Carlos Pagni, el columnista político del diario La Nación y el noticiero Telenoche, que también se emite por Canal 13, o sea en el mismo canal donde lo involucró la mediática. También señala, sin pruebas, al líder de la La Alameda, Gustavo Vera, amigo personal del Papa Francisco, y un luchador contra la explotación laboral, la trata y el narcotráfico.
Pagni realiza una presentación para que se investigue si se trató de una operación de inteligencia ante el fiscal Federico Delgado, quien inicia una investigación preliminar y la cita a declarar, en principio como testigo, a Jaitt, quien el miércoles escapa corriendo de los tribunales y deja la fiscalía a los gritos. Sólo dice que ella se refería a Carlos Pérez. Andá a encontrarlo.
En la tarde del mismo miércoles, el jefe de los fiscales de la provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand, da una conferencia de prensa junto a la fiscal Soledad Garibaldi, quien está cargo de la causa por los abusos en Independiente. El título principal de la rueda de prensa es el anuncio de Conte Grand de que no hay famosos involucrados en la causa. Horas más tarde, Conte Grand y Garibaldi se presentan en los estudios de TN para repetir lo que habían dicho antes, frente a uno de los mismos periodistas que días antes había dicho que había famosos involucrados en el caso.
El mismo miércoles, el sitio de internet de TN revela que Natacha Jaitt se presentó en el programa de Mirtha Legrand acompañada por una exagente de la AFI, conducida por el escribano Gustavo Arribas, amigo personal del presidente Macri, pero enfrentado con Elisa Carrió.
“Se trata de Ana María Polero, de 66 años, muy cercana al exdirector de Inteligencia sobre Delincuencia Económica y Financiera de la AFI, Eduardo Miragaya, hombre que fue despedido del organismo tras un artículo del periodista Carlos Pagni”, consigna el sitio.
«Tres fuentes de la Agencia Federal de Inteligencia confirmaron a TN.com.ar que Polero estuvo tres meses en el organismo hasta que la propia directora Silvina Majdalani ordenó su despido. «Definitivamente no era una persona para trabajar con nosotros», agrega TN. Y consigna que en los tres meses que estuvo contratada tuvo que “investigar” a Vera.
El titular de La Alameda había denunciado en su momento a la segunda de Arribas, Silvia Majdalani, y mucho antes a Antonio “Jaime” Stiuso, el ex hombre fuerte de la vieja SIDE, muy cercano al fallecido Alberto Nisman, y jubilado en el final del gobierno de Cristina Kirchner.
Miragaya, de quien supuestamente dependía Ana María Polero en la AFI, fue durante años fiscal del fuero de la seguridad social, pero se encontraba enfrentado con la renunciada Alejandra Gils Carbó, por lo que estuvo varios meses de licencia. En enero de 2016 llegó a la agencia de los espías de la mano del escribano Arribas, pero se fue un año después, tras la publicación de una nota de Pagni en La Nación.
En La Alameda dicen que Polero, a quien Jaitt presentó como asesora de vestuario, es tropa de Stiusso. Durante meses utilizó su cuenta de twitter para acusar a Vera de amparar la pedofilia junto con el Papa Francisco. Casi textual a lo que dijo Jaitt en el programa de Mirtha.
Dicen también que Stiuso siempre estuvo vinculado a Raúl Martin, un ex agente de la SIDE dueño de varios prostíbulos que fueron denunciados por La Alameda y por su propia hija, Lorena. Las fuentes dicen también que Polero también tiene vínculos con Yamil Santoro, un diputado de Cambiemos que está en favor de legalizar la prostitución.
Es decir, los prostíbulos, explotados en general por policías o espías, como Martins. Es muy sugerente una foto que aparece en Internet en la que lo se ve a Santoro abrazando en calzoncillos a la ministra Patricia Bullrich, junto a Natacha Jaitt. Es probable que de todo esto hable Vera cuando el sábado se siente como invitado a la mesa de Mirtha Legrand.