Por Rafael Saralegui
En una resolución de apenas dos líneas, la Corte Suprema de Justicia despejó este martes el frente judicial que acosaba a la ex presidenta Cristina Kirchner, quien podrá hacer campaña para buscar su tercera presidencia sin tener que pasar por los tribunales para defenderse en las causas que se le iniciaron desde que dejó en la Casa Rosada a su sucesor, Mauricio Macri.
En una resolución de apenas dos líneas, la Corte Suprema de Justicia despejó este martes el frente judicial que acosaba a la ex presidenta Cristina Kirchner, quien podrá hacer campaña para buscar su tercera presidencia sin tener que pasar por los tribunales para defenderse en las causas que se le iniciaron desde que dejó en la Casa Rosada a su sucesor, Mauricio Macri.
La Corte le ordenó al Tribunal Oral Federal 2, que le envíe en forma urgente las actuaciones de la causa conocida como Vialidad, que investiga el otorgamiento de obras públicas a Lázaro Báez en la provincia de Santa Cruz durante el kirchnerismo. El máximo tribunal hizo lugar a un recurso de queja presentado por la defensa de la ex presidenta.
En la práctica, la decisión de la Corte implica que el primer juicio contra CFK, que debía comenzar el martes 21 de mayo, se suspende sin fecha, por más que hoy mismo el fiscal del juicio planteara que debe comenzar de todos modos la semana próxima. La Corte no tiene fecha para expedirse, por lo cual mientras la causa esté en los despachos de los jueces supremos el juicio oral no puede realizarse.
El constitucionalista Andrés Gil Domínguez sostuvo que la decisión de la Corte, por más que pueda resultar sorpresiva o llamativa. es habitual. Cuando los jueces del supremo quieren resolver o decidir sobre una causa en trámite piden los expedientes. Dijo además que el propio presidente del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz, ha pedido actuaciones de causas en trámite, con el agravante de que son litigios que fueron representados por su estudio antes de llegar a la Corte, lo que constituye un evidente conflicto de intereses. Y aunque esto no lo dice él, puede ser motivo de un eventual pedido de juicio político.
Este martes, los otros cuatro jueces (Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda, Elena Highton y Horacio Rosatti) volvieron a dejar en soledad a Rosenkrantz al resolver hacer lugar al planteo de Carlos Beraldi, el abogado de CFK, quien sostuvo que había “privación de justicia” porque en el inminente juicio oral no se había producido toda la prueba necesaria antes de que comenzara el debate.
El argumento principal de la defensa es que no se llevó adelante un peritaje para determinar si las obras que se le adjudicaron a Báez tenía sobreprecios o si se pagaron obras que no se realizaron. Es decir, no se probó el perjuicio para el Estado. Un informe clave que debía haber ordenado el juez de instrucción Julián Ercolini, pero que no lo hizo. Es probable que no lo haya pedido porque ya existía un informe de la misma Vialidad, durante este gobierno, que no había encontrado irregularidades.
Para subsanar el error, fue el mismo tribunal oral el que ordenó ese peritaje, pero sólo sobre cinco de todas las obras otorgadas a Báez. Pese a que el informe no estaba concluido el TOF2 ordenó de todo modos el comienzo del juicio oral con el argumento de que podría estar concluido en el transcurso del debate.
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Este fue el punto atacado por la defensa de CFK: el juicio no podría comenzar sin ese informe clave. Y los jueces de la Corte le dieron la razón, para la locura del Gobierno y los medios hegemónicos que esperaban que la ex presidenta se dedicara este año a pasear por los tribunales federales, en lugar de realizar actos de campaña.
Este martes se conoció otro dato importante. La Cámara de Casación Penal resolvió que las causas conocidas como Los Sauces y Hotesur fueran unificadas en un solo debate oral, que deberá concretar el TOF5, que hasta ahora no puso fecha de comienzo del juicio. Gil Domínguez considera que la resolución de la Corte es también una señal política: no se debe realizar ningún juicio contra la ex Presidenta en este año electoral. Eso no significa el cierre de los procesos, sólo que serán más adelante, en una fecha incierta. Con ese panorama CFK podrá hacer campaña desde un escenario y no desde la silla de los acusados de un tribunal federal.