Martín Irúrzun es por estas horas la figura más solicitada en el edificio de los tribunales de Comodoro Py. Gran parte del futuro de Norberto Oyarbide se definirá a partir del sumario interno que se elabora en la Cámara que él preside. Las últimas horas han sido vertiginosas: jueces y fiscales le están solicitando que contribuya al deseo general que es que el cuestionado juez federal no llegue al mes de diciembre en su despacho.
El documento que está redactando un funcionario cercano a Irúrzun tiene mucho más peso que la investigación del juez Luis Rodríguez sobre los pedidos de coimas para frenar allanamientos que involucran al magistrado. Rodríguez no embestirá contra Oyarbide así como en el pasado tampoco lo hizo en un asunto similar con Gustavo Riggi, camarista de la Casación Penal sospechado de recibir sobornos por parte de José Pedraza. Es un juez nuevo en el fuero que no quiere tener mayores problemas, no recibe a casi nadie y guarda una relación casi familiar con sus empleados a quienes invita todos los viernes con sandwichs triples de miga y gaseosas. Con el apoyo de Javier Fernández llegó al fuero federal desde la justicia penal ordinaria. “A partir de ahora voy a comer jamón del medio”, le dijo a un abogado amigo cuando lo hicieron juez federal.
Como ya ha contado CyR, Irúrzun detesta a Oyarbide, ya que considera ha cometido el peor de los pecados, que es poner en evidencia las peores prácticas en las cuales incurren el común de los magistrados: fluidos contactos con el poder político, vida plagada de lujos difíciles de justificar y oscuros arreglos con abogados para impulsar y frenar causas. Tiempo atrás Irurzun tuvo el dato de las propiedades que supuestamente Oyarbide tiene en Miami y en París.
“Se descontroló por completo cuando se le murió la madre en 2008, ahí salió del closet y todo fue más desprolijo”, cuenta Irúrzun en la intimidad de su despacho a lo que agrega otro dato más que esperable: ya dos empleados de Oyarbide pidieron hablar con él en reserva para comentarle detalles de cómo el juez y el secretario Miguel Leiva proceden ante determinados expedientes. El camarista ya sabe que la llamada de Carlos Liuzzi (funcionario de la Secretaía Legal y Ténica) que se hizo pública no fue la primera. Según le contaron, hubo dos previas y que tuvieron lugar en el expediente en el cual Oyarbide investigó a Sergio Schoklender.
El sumario se mantiene en un secreto total ya que las operaciones se han puesto a la orden del día. Hasta el empresario Luciano Garbellano, protagonista del caso Spartacus con Oyarbide, se arrimó a un juez federal para preguntar cómo podía hacer para encontrarse con Irúrzun. El entuerto más reciente entre Garbellano y Oyarbide fue que el segundo frustró el estreno comercial de una película filmada por Garbellano titulada “El juez” en la cual participaron el chimentero Luis Ventura y la Mole Moli.