Por Javier Sinay.
Ariel Máximo Cantero, un muchacho de 25 años que padece miopía y que responde al alias de “Guille”, es una de las personas más temidas de Rosario. Al frente de la banda de los Monos –un protocartel rosarino dedicado, principalmente pero no sólo, a la venta de drogas–, preso en el penal santafesino de Coronda, ahora Guille ha sido acusado por el resonante crimen de Diego Demarre, alias “el Tarta”, ocurrido el 27 de mayo pasado.
Aquel día, Demarre salía de prestar declaración frente al juezo de instrucción Gustavo Pérez de Urrechu en el marco de la causa donde se investigaba el homicidio del hermano de Guille, Claudio Cantero, alias “el Pájaro”, cuando fue sorprendido y baleado desde un auto que se le puso a la par. El hermano de Guille, Claudio Cantero, había sido ultimado un día antes –el 26 de mayo– a la salida del boliche Infinity Night, propiedad del Pájaro, en Villa Gobernador Gálvez. Ahora Guille respondió por la muerte de Demarre, acusado bajo la figura de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, aunque él dijo haber estado en otro lugar cuando ocurrió el episodio.
Con esta nueva acusación, el joven Cantero suma una nueva causa penal a la que ya está llevando adelante el juez Juan Carlos Vienna, donde se lo investiga por la actuación de bandas narco tras el crimen de Martín Paz, alias “Fantasma”. En junio, Guille Cantero se había entregado por propia voluntad a la División Judiciales de la Jefatura rosarina, para responder por aquella investigación.
La sospecha judicial desde entonces es que la familia Cantero mandó a matar a Paz el 8 de septiembre de 2012 porque este había tomado dinero de ellos para armar su propio negocio de drogas. No era la primera vez que acusaban de un crimen a Guille Cantero: en 2010 fue señalado junto a otros miembros de su banda por el homicidio de Walter Cáceres en una emboscada contra la barra brava de Newell’s en la autopista Rosario-Buenos Aires, frente al barrio Las Flores. Antes había logrado evadirse de otras tres acusaciones de asesinato.
Además, por la muerte de Demarre –que repercutió luego en cuatro homicidios en venganza, sucedidos en 48 horas– está imputado el policía Juan Maciel, que se encuentra en prisión domiciliaria bajo de sospecha de pertenecer al clan de los Monos.
“Guille no pudo apartarse de la investigación del crimen, en parte por su coche, un Volkswagen Bora blanco que fue filmado en la escena del crimen con mediana nitidez por las cámaras de seguridad pública y que luego fue identificado con el mejoramiento de la imagen”, dice uno de los investigadores. Efectivos de la División Judiciales, en noviembre pasado, encontraron aquel vehículo en Córdoba. “Dos días después del crimen, el auto había sido pintado de negro en un taller de Donado y Mendoza”, sigue el informante, “aunque la patente y la numeración de chasis y motor había sido conservada. Veinte días después, fue vendido”.
Otro objeto que llamó la atención de los investigadores durante un allanamiento en una vivienda de la familia Cantero (en la calle Caña de Ambar al 1800) fue un fusil Marlin calibre 30-06, con mira. “Es un arma de gran precisión en la caza de animales de porte”, dice el pesquisa. “En marzo de este año, Guille Cantero la compró con una tarjeta de ReNAr a su nombre, pagando 7.300 pesos. Pero al tener prontuario, no debería haber sido capaz de utilizar una tarjeta de ReNAr, por lo que nos preguntamos cómo llegó a obtenerla”. Los Monos tienen, además, un lote de armas calibre 9 milímetros, obtenido en la ruta a Córdoba con el robo a un vehículo que hacía un envío de pistolas Glock a una armería.