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Gobernadores del PJ piden a Capitanich la renuncia de Boudou

En el PJ quieren que el vice se despida del Gobierno.

En el PJ quieren que el vice se despida del Gobierno.

La de ayer fue una noche demasiado larga en el primer piso de la Casa Rosada, donde están las oficinas del Jefe de Gabinete. Luego de que se desactivara el ingreso de Marcelo Tinelli a la televisación del fútbol, y de enfrentarse a otros menesteres, Jorge Capitanich tuvo tiempo para conversar con los dos hombres que defienden a Amado Boudou en la causa Ciccone: Diego Pirota y Eduardo Durañona.

Fue un encuentro breve,  directo al punto ya que el Coqui quiere saber cómo seguirá el expediente y hasta qué punto saldrá dañada la imagen del Gobierno.  Sólo se permitió un infidencia: reveló haber recibido la llamada de dos gobernadores del PJ interesados en la situación de Boudou (más tarde se supo que uno de ellos fue el sanjuanino José Luis Gioja).

Es obvio: el peronismo, ese mismo que apunta todos sus cañones a hacerse con la vicepresidencia del Senado, es el que jugará a fondo para que el vicepresidente renuncia y asegurarse así el siguiente casillero en la línea de sucesión. Capitanich se sinceró ante los dos abogados: “A Amado varios lo quieren afuera y también a Axel, ya me llamaron mil veces para que el ministro de Economía sea Diego Bossio” (director de la ANSES y hombre del Opus Dei).

Pirota se mantuvo en silencio y el que llevó la conversación fue Durañona, quien además de ser abogado es amigo de Boudou.  A diferencia del escrito que había presentado ayer por la mañana, Durañona no cree en una conspiración mediática sino en una profunda guerra en los organismos de inteligencia que tiene su correlato en Ciccone: “esta causa arrancó por una denuncia de un tipo de la SIDE y la causa que está en Uruguay también, pero el kirchnerismo no puede salir a decir eso porque es desconocer que se perdió el control sobre un aparato que es del Estado”, le explicó a Coqui. El jefe de gabinete relacionó el dato con la cada vez más esquiva presencia de Héctor Icazuriaga, jefe de la SIDE,  en reuniones y actos del Gobierno.

Todo se precipitó desde el momento en que el fiscal Jorge Di Lello le presentó el pedido de indagatoria al juez federal Ariel Lijo, de Boudou, y del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, por negociaciones incompatibles con el cargo de funcionario público al interesarse por la quiebra de la imprenta Ciccone, luego estatizada. Lijo quería manejar los tiempos de la causa de otra forma, más espaciadamente.

“No habrá pedido de indagatoria la semana que viene ni la otra”, lo tranquilizaron al Coqui mientras le comentaron que lo más probable es que la causa entre en stand-by por lo menos hasta cuando termine el  Mundial de Fútbol en Brasil. “¿Y después?”, apuró el jefe de gabinete. “Ojalá que la Argentina sea campeón”, deslizó uno de los abogados justo cuando a Capitanich le avisaban que ya lo esperaban para una nueva reunión en la larga noche del primer piso de Casa de Gobierno.

 


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