| Juicio oral

Gatillo fácil: primera condena a perpetua para un policía de la Ciudad

Un bombero fue condenado por el homicidio de un joven, a quien acusó falsamente de un intento de robo, el año pasado, en Barracas.

Medina tenía 25 años.

Medina tenía 25 años.

Un bombero de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires fue condenado a prisión perpetua por haber matado de un balazo a un joven a quien falsamente había acusado de intentar robarle junto a dos amigos en el barrio porteño de Barracas.

El condenado es Adrián Gustavo Otero (46), quien fue hallado responsable del homicidio de Cristian Ramón Toledo Medina (25), alias “Paragüita”, al término de un juicio realizado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1.
Los jueces le endilgaron al condenado el delito de «homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por su condición de integrante de una fuerza de seguridad en concurso real con homicidio igualmente agravado en grado de tentativa», por haber disparado contra otros dos jóvenes que estaban en el lugar.

De esta forma, Otero se convirtió en el primer integrante de la fuerza porteña en ser condenado por un caso de “gatillo fácil”, según informó esta tarde la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), que actuó como querellante en el debate oral.

El hecho ocurrió el 15 de julio último de 2017 a las 7.50, en el cruce de la avenida Vélez Sarsfield y Australia, en Barracas, donde Toledo Medina circulaba en un auto Alfa Romeo de diez años de antigüedad. La víctima iba acompañada por Carlos Gavilán (23) y Jorge Nadalich (24), ambos residentes en la villa 21-24, ubicada a unas diez cuadras de distancia.

De acuerdo con la versión del condenado Otero, en la mencionada esquina, el conductor del Alfa Romeo descendió del auto y, con un trozo de piedra, comenzó a golpearle el vidrio de la puerta delantera izquierda del Renault Logan gris en el cual él se encontraba.

Ante esta situación, y creyendo que se trataba de un intento de robo, Otero se identificó como oficial de Bomberos de la Policía de la Ciudad, tras lo cual, Toledo Medina se subió al vehículo con los otros jóvenes y comenzó a conducir por avenida Iriarte.

El bombero relató a la Policía que comenzó a dispararle a las ruedas del Alfa Romeo mientras escapaba hasta que éste impactó en la ochava de la esquina de Vélez Sarsfield y Santo Domingo. Los efectivos de la comisaría 30ra. que arribaron al lugar hallaron a Toledo Medina muerto dentro del vehículo y advirtieron que presentaba una herida de arma de fuego a la altura de la tetilla derecha.

Luego, los policías aprehendieron a los dos jóvenes que acompañaban al fallecido por «tentativa de robo» y a Otero por «homicidio». Sin embargo, Gavilán y Nadalicha fueron excarcelados al día siguiente ya que ninguno de los dos tenía antecedentes penales.

El acusado siempre sostuvo su versión de que él disparó contra el auto en el que se movilizaban los tres jóvenes porque quiso evitar que aquellos le robaran, pero los testimonios y los peritajes lo contradijeron, ya que el efectivo efectuó unos ocho disparos contra el vehículo.