Por Ignacio Ramírez.
Facas, amenazas, impunidad; ostentación de poder y drogas; son algunas de las realidades de las cárceles del país. El sistema penitenciario cuenta con un nuevo escándalo de presos vip en penales bonaerenses de máxima seguridad. Diferentes reclusos de los penales de Campana, Olmos y Sierra Chica suben fotos a las redes sociales sobre los sectores de la unidad penal que los aloja, sus celdas, el patio del pabellón, entre otros. También los reclusos hacen alarde de las armas blancas que portan con total impunidad, las drogas que consumen; y hasta escriben comentarios amenazantes a la gente que los custodia diariamente.
“Un niño criado en el infierno, es un hombre hecho para matar”; “Facas Mis otras nenas Malas”, “Se va el 2013 y yo me fumo uno y espero el 2014”; “Esta faca mata”, son algunas de las presentaciones de las fotos en Facebook de barrabravas de Independiente, acusados de homcidios, junto a otros peligrosos delincuentes.
Ciertos presos llegan a tener cuestionables privilegios, gracias a los excesos de confianza y el dinero que aportan al sistema corrupto penal. Al ver las fotos se puede afirmar que algunos presos, parecieran vivir en un hotel con libertades que pueden provocar todo tipo de delitos tales como secuestros virtuales, o motines.
Celulares, acceso a internet, estupefacientes y la corrupción de los directivos de las unidades, juegan un papel negativo para mantener la seguridad en los establecimientos carcelarios. Del mismo modo, las condiciones de detención de quienes no tienen dinero para pagar por privilegios son la mayoría de las veces deplorables.
La realidad de los detenidos, choca con la del personal de las cárceles bonaerenses. Penitenciarios con excesos de horas, trabajo y escasa seguridad laboral deben padecer la vista gorda de las autoridades. Los privilegios ilegales generan peligros que deben afrontar los agentes penitenciarios a diario, arriesgando sus vidas todos los días caminando por los pabellones velando el cuidado por los reclusos armados.
“Esos privilegios son avalados por la Jefatura de Servicio. Hoy la culpa de los directores de las unidades, que deben bajar algún regalito en efectivo. El personal de requisa en esa celda tiene prohibido entrar. Me pregunto quien cuida la integridad de los agentes si los presos tienen más derechos que nosotros”, denuncia un agente de la unidad de Sierra Chica que prefiere el anonimato. Denunciar; significa ser perseguido laboralmente por el sistema corrupto, o sufrir traslados.
En las últimas horas la Jefa del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires, María Florencia Piermarini, dispuso una requisa general en todos los sectores de la Unidad 41 de Campana. En el procedimiento en el que participaron más de 70 agentes de Jefatura del Servicio Penitenciario y del Complejo Carcelario Campana así como supervisores de la Jefatura y del ministerio de Justicia se logró secuestrar: 69 facas de distintas medidas y 50 teléfonos celulares.