Por Rodolfo Palacios.

Rubén Alberto de la Torre parece otro. Quedó atrás el tiempo en que vestía trajes oscuros cuando iba a las audiencias del juicio oral por el robo al banco Río de Acassuso, ocurrido el 13 de enero de 2006. Por ese golpe, considerado el mejor asalto de la Argentina del siglo XXI, el ladrón de 56 años fue condenado a 15 años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal Número 1 de San Isidro. Pero el Tribunal de Casación bonaerense disminuyó la pena a 12 años porque consideró que los ladrones no usaron armas de fuego. Ahora, De la Torre pasa su peor momento. Acurrucado en un calabozo, ensimismado, tiene la cara chupada y la ropa le queda grande. En cinco días bajó siete kilos. En la Unidad Penal Número 9 de La Plata no recibe visitas. Inició una huelga de hambre porque es el único de los imputados del robo al banco que sigue preso. Los otros están libres o gozan de arresto domiciliario.

“No voy a volver a comer hasta que al menos me den el arresto domiciliario, que es lo que corresponde porque así lo resolvió un tribunal”, dice De la Torre. Hace unos meses, la sala 3 de la Cámara de Garantías de San Isidro les dio la libertad o el arresto domiciliario a todos los condenados. Los fiscales de San Isidro apelaron y el Tribunal Oral en lo Criminal Número 1 les negó el beneficio. “Es insólito que un tribunal inferior se imponga a uno superior. Ya fueron a mi casa a chequear la línea telefónica para instalar el sistema de monitoreo del Servicio Penitenciario Bonaerense, pero esto está frenado por una injusticia”, se quejó De la Torre.

De la Torre es el único de los condenados que sigue preso.

“En las próximas horas se resolverá su situación. Pero es probable que se le otorgue el arresto domiciliario”, dijo una fuente judicial. En el Servicio Penitenciario Bonaerense esperaban la notificación de la Justicia. Además un médico revisó en varias oportunidades a De la Torre, cuyo estado se volvió endeble.

En rigor, no todos los sospechosos están libre o gozan de la pulsera electrónica. Luis Mario Vitette Sellanes, el llamado “hombre del traje gris”, está preso en la cárcel de Alvear pese a que la Justicia había decidido su expulsión a Uruguay, donde nació.

Beto de la Torre fue miembro de la superbanda antes de que el liderazgo sea adjudicado al Gordo Valor. Cayó por el robo al banco por culpa de su esposa Alicia Di Tullio, hermana de Margarita, alias Pepita la pistolera. Su mujer lo delató por celos. Según se cree, De la Torre actuó en el robo con un delantal de médico y una peluca Rubia. Sus compañeros le decían Susana.

El robo al Banco Río de Acassuso está considerado el mejor asalto de la historia del crimen en Argentina. Siete delincuentes, de los que fueron atrapados cinco (Fernando Araujo, Rubén Alberto de la Torre, Julián Zalloechevarría, Luis Vitette Sellanes y Sebastían García Bolster) fingieron que tomaban rehenes pero el objetivo era otro: vaciar 145 cajas de seguridad. En el robo recurrieron a todo tipo de trucos para tener todo el tiempo a su favor. Afuera, en la calle, todos –la Policía, los fiscales, los vecinos, los periodistas, seguían los acontecimientos con desesperación. La banda fugó por un desagüe, en dos gomones, sin disparar un tiro. En el lugar dejaron tres armas de juguete y una granada falsa. A los pocos días, la delación de una mujer despechada los mandó a la cárcel. Fueron condenados a penas de hasta 15 años. Para la Justicia, robaron 25 millones de dólares. El millonario golpe fue considerado por un documental de Discovery Channel como uno de los cuatro mejores asaltos del mundo, junto a los ladrones que robaron 600 millones de dólares en joyas preciosas del Centro de Diamantes Mundial de Amberes, en Bélgica; el robo al banco United de California y la banda que robó casinos en Nevada, Estados Unidos.