Esa absurda muletilla repetida hasta el cansancio por taxistas y comunicadores, acerca de que los delincuentes entran por una puerta y salen por otra, fue desmentida otra vez por los datos de la realidad. Los presos alojados en comisarías y cárceles de la provincia de Buenos Aires alcanzaron un nuevo récord durante el año último, de acuerdo con el último informe de la Comisión Provincial por la Memoria.
El relevamiento, el número 12 que realiza el organismo, presenta un panorama desolador sobre las personas privadas de su libertad en la provincia de Buenos Aires, por las condiciones de detención, la sobrepoblación, los malos tratos y las torturas, a las que son sometidos los detenidos, quienes en su mayor parte están procesados o no tienen condenas firmes.
El hecho más grave que se registró en el año del trabajo fue la muerte de siete presos en la comisaría 1a. de Pergamino, el 2 de mayo de 2017, por el cual fueron acusados seis policías, quienes cerraron con cadenas las puertas de los calabozos cuando se desató un incendio en el sector.
“A diciembre de 2017 había 43.094 personas detenidas en cárceles, alcaidías, comisarías y bajo arresto o prisión domiciliaria, que representa una tasa de encarcelamiento de 253 detenidos cada 100.000 habitantes. La tasa de detención en los últimos 10 años creció 78 puntos, 37 (casi la mitad) corresponden solamente al periodo 2016-2017. A junio de 2018 el número de detenidos supera los 45 mil”, consigna el trabajo
El relevamiento consigna que en los dos años de gobierno de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires se incrementó la persecución y arresto de los sectores más vulnerables, sin que esa mayor intensidad punitiva se haya visto corroborada por una baja en los hechos delictivos, tal como dan cuenta a diario los medios, donde robos y salideras se repiten sin pausa.
“En las 50 cárceles y 12 alcaidías del Servicio Penitenciario Bonaerense había, a diciembre de 2017, 38.320 personas detenidas que se alojaban en 20.071 plazas penitenciarias, es decir, casi la mitad de los detenidos no tiene espacio para dormir. Esto representa también un récord histórico de sobrepoblación: 91%, 20 puntos más que en 2016”, dice el relevamiento.
El panorama se preocupante, porque como no hay lugar en las cárceles quedan alojados en las comisarías, donde tampoco hay lugar, ya que se encuentran absolutamente saturadas. Se calcula que dos de cada tres detenidos en las comisarías tienen que dormir en el piso porque no hay camastros disponibles. “La sobrepoblación se mantiene desde mayo de 2016 por encima del 100% y con una tendencia en aumento que entre mayo y diciembre de 2017 alcanzó valores cercanos al 200%”, dice el informe.
Pero la gravedad de la situación no se limita al aumento en los encierros y a la falta de lugar, sino que que se alimenta por el uso sistemático de la tortura y los malos tratos, las muertes intramuros y la deficiencia en la salud con un brutal aumento de los casos de tuberculosis.
Algunos datos:
- Durante el año 2017 la CPM registró 16.300 hechos de agravamiento de las condiciones de detención que constituyeron torturas o tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes.
- La realidad relevada en el monitoreo constante de las cárceles, las denuncias en sede y el RNCT permite seguir sosteniendo el carácter multidimensional, generalizado y sistemático de la tortura.
- El principal hecho de tortura denunciado es la desatención de la salud: la salud penitenciaria atraviesa una crisis gravísima que provoca gran cantidad de muertes por enfermedades no atendidas. Un solo dato da cuenta de este panorama desolador: los casos registrados de enfermos por tuberculosis ascendieron de 187 en 2016 a 436 en 2017.
- Por primera vez el Ministerio de Justicia no informó la cantidad de personas fallecidas. El listado de 134 personas que hemos podido reconstruir es sin dudas un sub registro; las condiciones de detención, la deplorable situación de la salud penitenciaria y el mismo silencio oficialista nos obliga a ser pesimistas y creer que el número de muertos es mucho mayor.