Ayer por la tarde, cuando el sol se escondía y el edificio de los tribunales de Comdoro Py se llenaba de sombras Claudio Bonadio mantenía todavía largas conversaciones telefónicas en su despacho del cuarto piso. El asunto no era otro que el procesamiento a Guillermo Moreno, el funcionario del equipo económico de mayor influencia sobre Cristina Fernández. Especulaciones, secretos e intrigas del fuero federal no tardaron en salir a la luz horas antes de que el ministro Julio Alak catalogará al fallo como “raro”.
Lo verdaderamente extraño del procesamiento, al menos ayer por la mañana así se interpretaba en Comodoro Py, no es el momento político como dijo Alak. De hecho Bonadío es un lector cuidadoso de la actualidad del país, lo cual lo ha llevado a compartir un desayuno con el intendente en ascenso Sergio Massa. A esa cita acudió en compañía de su colega Rodolfo Canicoba Corral, otro de los veteranos del fuero federal. Justamente Moreno ha sido, junto a La Cámpora, uno de los blancos predilectos de la campaña del intendente de Tigre.
Un camarista ayer aportó un dato que podría pesar a futuro, cuando el caso pase a segunda instancia: meses atrás el juez Julián Ercolini archivó una causa similar contra Moreno por entender que las multas a consultoras encargadas de medir la inflación eran un tema de la justicia en lo Contencioso Administrativo, que además, dio de baja a dichas medidas por orden de la Cámara.
En realidad Bonadío procesó a Moreno a partir de cosa ya juzgada, un procesamiento de los que le gustan al juez que nunca dudó en definirse como peronista y ex guardia de hierro como su buen conocido que es Jorge Bergoglio, ahora papa Francisco.
“Esto ha sido solo un anticipo”, se escuchó ayer en el despacho del fiscal federal Guillermo Marijuan, el hombre de más confianza de Massa en los tribunales (le prometieron la Procuración si el intendente llega a la presidencia) y de buena llegada a Bonadío.
El fiscal ya avisó sobre dos temas que se encuentra al caer: la situación de Amado Boudou en la trama Ciccone que investiga Ariel Lijo y el futuro de los financistas Leonardo Fariña y Federico Elaskar, en la causa por supuesto lavado de dinero que encuentra al empresario Lázaro Báez en el centro de la escena en la cual Marijuán figura como fiscal a cargo.
El Gobierno no desconoce esta realidad, una percepción que desde la semana pasada motiva llamados extraños a la Cancillería, como el caso de Ricardo Echegaray que, en plena polémica por el Audi que le regaló a su hija, pidió una embajada en Europa, en lo posible París como reemplazo de Aldo Ferrer.