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El último gesto del juez Lijo para beneficiar al jefe de los espías

El juez sobreseyó a Gustavo Arribas. Estaba acusado de apretar al juez Carzoglio.

Lijo tiene línea directa con Lorenzetti.

El juez federal tuvo un último gesto para con la administración de Mauricio Macri. Ariel Lijo decidió el sobreseimiento de Gustavo Arribas en la causa por  los presuntos aprietes de la AFI al juez de Avellaneda Luis Carzoglio para que este ordenara la detención del sindicalista Hugo Moyano y de su hijo Pablo.

En su dictamen el fiscal federal Ramiro González, a cargo de la instrucción, se pidió que la central de espías “remita un informe amplio y pormenorizado sobre la actividad desarrollada por agentes de esa repartición estatal sobre el juez Carzoglio”.

También requirió a la Comisión Bicameral que fiscaliza a los organismos de inteligencia copia de la versión taquigráfica de la reunión plenaria en que las autoridades de la AFI reconocieron que dos de sus agentes fueron enviados a hablar con Carzoglio, aunque la excusa que pusieron fue que querían prevenir las consecuencias de una posible detención de los Moyano. 

Los argumentos de Lijo

De todos modos, luego de incorporados esos informes, el fiscal pidió el sobreseimiento de Arribas y del restos de los agentes acusados. Eso bastaría para que el juez resolviera en consecuencia.

Sin embargo prefirió dejar sentados sus argumentos por escrito.

El juez valoró que “los funcionarios se presentaron en la mesa de entradas del tribunal, se identificaron correctamente, tuvieron una reunión formal con el magistrado, ‘sin suspicacias, dobles mensajes ni malos entendidos’, e inmediatamente elevaron el informe correspondiente al Director de la Agencia”.

“El reconocimiento efectuado por los integrantes de la AFI sobre la existencia de la reunión siempre se encontró enmarcado dentro de las facultades de actuaciones legalmente conferidas al organismo y con el único objetivo de anticiparse a las consecuencias de la reacción social que podría haber producido la detención de dos importantes miembros del movimiento sindical de nuestro país”, añadió Lijo.

Otras razones de Lijo

La decisión tiene algunas aristas de corte cuanto menos llamativas. En primer lugar la determinación de Lijo de unificar las dos causas existentes en su despacho para, durante once meses, no ordenar diligencias ni citación alguna. Es notable porque el argumento del juez era «acelerar» la pesquisa. El final de esa acción fue el sobreseimiento del jefe de los espías.

Por otra parte, quien no pudo conseguir la misma buena noticia fue Gerardo Millman, el segundo de Patricia Bullrich en el el ministerio de Seguridad. El comentario en comodoro Py es que Millman, que también jugaba en las presiones para detener a Moyano, va a ser quien termine siendo juzgado. Entre el espionaje y la política, vuelven a perder los segundos.

El tercer dato a considerar es que Daniel Llermanos, abogado de Moyano, suele decir en privado que en este expediente Arribas fue asesorado por Dario Richarte, asesor de la AFI, dirigente de Boca y muy cercano a Daniel Angelici.