La declaración indagatoria que Ignacio Pardo, alias Naco Goldfinger, ex saxofonista de Los Fabulosos Cadillacs, prestó ante la justicia federal, luego de que lo rescataron tras un naufragio flotando en las aguas del Río de la Plata, está a la altura de la increíble trama que se conoció hasta el momento.
Pardo fue rescatado el viernes último junto a otro hombre luego de permanecer varias horas en el agua a la altura de Ensenada. Tras el rescate, ellos dos dijeron que había otro hombre con una embarcación que se había hundido.
Ese tercero se ahogó y luego se lo identificó como Carlos Camaratta. Los efectivos de la Prefectura Naval encontraron además un bolso con 37 kilos de cocaína. El ex músico fue indagado ayer por el juez federal de La Plata N°3, Ernesto Kreplak, luego de que se le dio el alta por el cuadro de hipotermia que sufrió.
La hipótesis de los investigadores es que el trío quiso cruzar el río para llevar la cocaína hasta Uruguay. Y que como consecuencia del temporal la embarcación se fue a pique y los tres terminaron en el agua.
El astillero
La explicación que dio Naco es otra completamente diferente. Dijo que es propietario del astillero Tecnau, en Benavidez, junto con otro socio, donde se producen embarcaciones y que el emprendimiento le deja unos 3500 dólares por mes.
Admitió ante el juez que tiene antecedentes penales. Dijo que lo condenaron por robo a 7 años y 6 meses de prisión y que salió de prisión en libertad condicional luego de haber cumplido 4 años y 8 meses de la pena.
Su libertad con condiciones fue uno de los argumentos para explicar lo que ocurrió y tirarle el muerto de la droga, justamente al muerto, a Camaratta, quien claro está, ya nada podrá decir sobre su trágico final.
Pardo dijo que conocía a Camaratta porque tenía un taller de pintura y que se hicieron amigos y algunas veces salieron a pasear por el río. Hasta que finalmente se entusiasmó y le quiso comprar una lancha.
“Hemos salido a probar un par de lanchas hasta que el día jueves 14 de cotubre coordinamos para encontrarnos en mi astillero a probar una lancha. Él llegó con la moto valuada en diez mil dólares y tres mil dólares que me dejaba por la lancha tracker con un motor mercury”, le explicó al juez.
Al Delta
Pardo asegura que probaron la lancha durante dos horas en la zona del Delta de Tigre, hasta que Camaratta se convenció y le dijo que se la compraba. También dice que Camaratta le preguntó cómo hacer para llegar por agua hasta la zona sur del conurbano.
“Me paga y me pregunta dónde había una rampa menos pronunciada para bajar la lancha y yo le digo que San Fernando o Punta Chica son menos pronunciadas, no hay control de Prefectura y salís derecho al río afuera. Hasta Tigre hay controles, debía ser el miedo de él que lo pare Prefectura. Ahí me preguntó dónde podía bajar y que se iba a ir por el agua navegando hasta Ensenada, él insistía que se quería ir por el agua. Yo le dije 10 veces que no”, aseguró Pardo.
Dijo también que le recomendó a Camaratta que no hiciera el viaje por agua porque las condiciones eran muy malas a causa del viento y el oleaje. De todos modos le dio un botiquín y un salvavidas. Sin embargo, volvió hasta el astillero y luego se fue a su casa.
Lo buscaron
Asegura que se quedó preocupado y que fue a buscar a un amigo, Gastón Minin, a quien luego también rescataron del agua, junto con otros hombres hasta Ensenada en camioneta y con una lancha de remolque a buscar a Camaratta.
“Yo le había explicado a Cammarota que para llegar a Ensenada tenía que seguir siempre el boyado, si seguís el boyado llegas a Ensenada no podés equivocarte. Entonces yo cuando salgo de Punta Lara afilo la proa hacia la primer boya que vi del Canal, calculando que, según las instrucciones que le di yo, debería estar en la zona, pero nunca lo encontré”, explica.
Después aseguró que golpearon con algo con el fondo de la lancha y que se hundió rápidamente. Permanecieron en el agua hasta que los rescató una embarcación.