Por Ignacio Ramírez.
Las morgues de la ciudad de Buenos Aires son verdaderos depósitos de cadáveres. Colapsadas, sin personal ni cámaras de frío, padecen el olvido del gobierno de la ciudad. Registros poco confiables, cuerpos que desaparecen, se pierden y no descansan en paz.
Las irregularidades se descubrieron de casualidad. La justicia porteña logró detectar que faltan decenas de cuerpos en varias morgues de hospitales porteños, entre otras anomalías en el sistema de salud, a partir de una investigación que se había iniciado por otros motivos.
“Los cadáveres estaban literalmente apilados y en condiciones deplorables”, así lo definió el juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº2 de la Ciudad, Andrés Gallardo que encabezó personalmente un mega operativo sin precedentes a 22 allanamientos en algunos 33 hospitales de la ciudad.
El resultado de los operativos: se detectó que hay 60 cuerpos que faltan de las morgues y 216 que no acreditan un egreso y posterior inhumación de seis de los 22 depósitos de cadáveres porteñas. Sin contar los NN y cuerpos que nadie reclama, que no están liberados por la justicia, o nunca se pudieron identificar.
Un vacío legal, que desnuda también la critica situación de las morgues que dependen del gobierno de la ciudad. Un tema que data de año 2008, y que afecta no solo al funcionamiento de un hospital, sino también a los cementerios, y la justicia.
“Cuando hablamos de la morgue, nos referimos el lugar más doloroso para trabajar en un hospital. La situación crítica la denunciamos hace años. Hemos tenido problemas con los vecinos debido al olor, y el deficiente funcionamiento de las heladeras. El gobierno hizo omisión del reclamo. Siempre vamos detrás de la justicia”, indica Rodolfo Arrechea, de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
El descontrol de las morgues también afecta a la sanidad del personal administrativo y médico: “La falta de personal es real. Los fines de semana, directamente no hay empleados administrativos en las morgues. El exceso de horario de trabajo provoca licencias, estrés, problemas personales; incluso adicciones en los empleados. Sin contar los problemas edilicios o de insumos que abundan”, indica Héctor Ortiz, delegado en el Hospital Durand.
El cuadro de delitos va desde la falsedad de partidas de defunción, la supresión de identidad, la desaparición de cadáveres y la estafa procesal. Datos llamativos de este escándalo radican en que se detectaron certificados de defunción emitidos hasta tres años después a los eventuales fallecimientos; certificados gemelos y cadáveres con el misma identidad son algunas de las violaciones a los protocolos que deberían aplicarse en las morgues.
Todavía se esperan los informes de la División Criminalística de la Policía Federal que participo del mega operativo. El mismo día que la Procuración de ciudad recusó al juez Gallardo, sin siquiera ver los videos de la causa; iban a declarar los cuatro directores de los hospitales denunciados. Hoy la causa esta sin juez, y las morgues esperan.
Desorden, registros incongruentes; cuerpos que faltan y sobran; son el claro ejemplo de una mala administración y control de las morgues colapso el sistema de la ciudad. Omisiones sanitarias, olvido judicial, y cuerpos que no descansan en paz.