Por Raúl Kollmann
La Cámara Federal de Apelaciones de San Martín confirmó el procesamiento del ex jefe de la SIDE y periodista Juan Bautista “Tata” Yofre como jefe de una asociación ilícita dedicada a robar información de funcionarios del Estado a través de operaciones de espionaje en sus cuentas de correo electrónico. También se confirmó el procesamiento, como integrantes de la banda, del director de un sitio de Internet dedicado a propagar datos de los servicios, Héctor Alderete, y de un ex agente de la SIDE y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Pablo Carpintero. Por último, la Cámara imputó al columnista de La Nación Carlos Pagni, al del diario Perfil Roberto García, al director del sitio Urgente 24, Edgard Mainhard, al empresario Néstor Ick y al general retirado Daniel Raimundes, por encubrimiento agravado. Todos ellos recibían la información que sabían fue robada en cuentas de correo que abrieron especialmente para que Yofre les deje allí el producto del espionaje. Los jueces mencionan mails confidenciales que circulaban en áreas de Gobierno relacionados con Malvinas, con las mediciones de la plataforma continental y análisis de las opiniones de los kelpers. En la causa también hackearon datos sobre la investigación de la desaparición de Jorge Julio López.
En una resolución que tiene fecha del 23 de agosto, pero que el sitio de Internet de la Corte Suprema difundió ayer, los camaristas Marcelo Fernández, Hugo Fossatti y Lidia Soto confirmaron de manera unánime casi todo el fallo de la jueza que instruyó la causa, Sandra Arroyo Salgado. La magistrada investigó el hackeado de las cuentas de mails entre 2006 y 2008 de Cristina Fernández de Kirchner, Daniel Scioli (cuando era vicepresidente), Alberto Fernández (jefe de Gabinete), Nilda Garré (ministra de Defensa), Jorge Taiana (canciller), Héctor Timerman (cónsul en Nueva York), Felipe Solá (gobernador bonaerense y luego diputado) y numerosos funcionarios más. La metodología era la siguiente:
- Yofre daba las órdenes y sugería qué información robar.
- Carpintero y Alderete la robaban, entrando a las casillas de mails en forma clandestina y usando software de espionaje. Copiaban la información sustraída “en modo espejo”.
- La información era depositada por Yofre en casillas de correo especialmente abiertas por los que iban a utilizar los datos de los mails robados: Pagni, García, Mainhard, Ick y Raimundes.
- Todos los encubridores –dicen los jueces– sabían del origen ilícito de la información.
Hay un prófugo de esta operación, que actualmente vive en Uruguay, y que también fue integrante de la PSA y de la SIDE: Iván Velázquez. Algunos de los funcionarios que declararon ante la jueza Arroyo Salgado –Alberto Fernández, Timerman, Garré– no sólo reconocieron como propios los mails encontrados en poder de la asociación ilícita sino que sostuvieron que al leer algunos sitios de Internet, como Seprin o Urgente24 y en La Nación o Ambito Financiero, verificaban informaciones que estaban contenidas en mails personales.
El delito que contempló la Cámara es la asociación ilícita y el espionaje, que tiene como pena de uno a cinco años de prisión. Yofre fue considerado el jefe de la organización; Carpintero y Alderete, integrantes; y a los tres se les imputan 17 casos de espionaje. Pagni, García, Mainhard, Ick y Raimundes –que fue secretario del Ejército en tiempos de Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde– quedaron procesados por encubrimiento agravado de los casos de espionaje, algo así como usar cosas robadas, sabiendo que son robadas. El caso típico es el de los desarmaderos que venden repuestos que saben que son robados.
“El bien protegido es la paz, la dignidad y la seguridad de la Nación”, señalan los camaristas, porque el robo del material “afecta la reserva que tiene que ver con el posible interés nacional”. Los imputados argumentaron que algunas de las cuentas de correo no eran oficiales sino personales, a lo que los jueces respondieron que “el delito se cometió contra los funcionarios y quienes los rodeaban. Y los imputados ampliaron su accionar delictivo a información sensible que se transmitía por correos no oficiales”.
Como ejemplo se pusieron correos que se referían a modificaciones del proyecto de ley para sancionar a empresas que desarrollan actividades en Malvinas; opiniones de la Cancillería con respecto a la medición de la plataforma continental y evaluación de opiniones de los habitantes de Malvinas. “Todo está vinculado con estrategias del Estado argentino”, dicen los jueces.
Las instrucciones las daba Yofre, que a veces firmaba las órdenes como “el ex de la Brodsky”. (Estuvo casado con la vedette Adriana Brodsky). Y usaban idioma en código: “Sacá a la de los labios carnosos”; “sacá a Vilma de circulación”. Hay una causa paralela en la que se investiga el espionaje a figuras del espectáculo, pero como se trata de correos privados, corre por cuerda separada. Entre las espiadas figuraba Susana Giménez.
En los allanamientos al domicilio de Alderete se encontraron programas para meterse en equipos y cuentas de mail. Y evidencias de que ofrecían sus servicios a cambio de dinero. También se detectaron en los allanamientos copias de mails de Felipe Solá, Alberto Fernández y Aníbal Ibarra.
Los camaristas realizaron una arriesgada distinción para aliviar en algo la situación de Pagni, García y compañía. Dicen que no encontraron evidencia de que ellos pedían la información que necesitaban. En ese caso hubieran sido directamente participantes de la asociación ilícita y el espionaje. Según los jueces, Yofre y sus cómplices robaban y de alguna manera depositaban lo robado en las cuentas de correo de quienes ahora quedaron como procesados por encubrimiento agravado.
Hay datos que impactan. Néstor Ick, por ejemplo, recibía la información sustraída en una cuenta denominada kristalnacht45@gmail.com. Como se sabe, la Kristallnacht fue la oleada de saqueos cometidos por los nazis en 1938 contra los comerciantes judíos alemanes. Se llama Kristallnacht o “No che de los cristales rotos” porque los hombres de Hitler destrozaron todas las vidrieras de los comercios que eran propiedad de integrantes de la comunidad judía. A Carlos Pagni le depositaban la información robada en la cuenta italiana flavioboscolo2005@yahoo.it y a Roberto García en mariela50@ gmail.com.
Las defensas de los periodistas intentaron escudarse con el argumento de la libertad de prensa que, según ellos, se basa en el derecho a obtener información. Los camaristas respondieron que utilizaron datos que provenían de conductas dolosas y “estaban recibiendo información que sabían que provenía de un hecho ilícito”.
La Cámara redujo los embargos: 400 mil a Yofre; 200 mil a Carpintero y Alderete; 100 mil a Pagni, Mainhard, García, Ick y Raimundes. El fallo de ayer los acerca a todos al juicio oral.