| Cuestiones pendientes

Cómo queda la Corte tras la muerte de Argibay

Cómo haran los supremos para poder sacar los fallos. Zaffaroni insiste ante los suyos que se va en enero. Los problemas de salud que aquejan a otros ministros.

Argibay le dio prestigio al máximo tribunal.

Argibay le dio prestigio al máximo tribunal.

La muerte de Carmen Argibay dejó aires de preocupación en la Corte Suprema no sólo por el hecho de que parece ser la primera de una serie de partidas inexorables que en los próximos meses vivirá el tribunal.

Argibay no será reemplazada en su cargo como consecuencia de la ley aprobada en 2006 por la cual se dispuso volver al histórico número de cinco integrantes del máximo tribunal. Se llegará a ese número por el fallecimiento o renuncia de sus actuales integrantes. Por eso ahora habrá que apelar a consensos para que el tribunal pueda seguir dictando fallos por mayoría. No hay desempates posibles, es algo que no está previsto.
Y hay cuestiones no resueltas. En la Corte todavía quedan cinco expedientes referidos a la constitucionalidad de la figura de la reincidencia y nadie se siente demasiado cómodo con que el único penalista que pueda opinar – Raúl Zaffaroni – proponga la eliminación de ese tipo penal.
Contrario a lo que podría pensarse, esta Corte todavía no expresó su parecer sobre la reincidencia. Simplemente aprovechó una oportunidad para firmar un articulo 280 (no sientan jurisprudencia) en el cual los ministros, a excepción, claro está, de Zaffaroni alegaban que no era un tema para tratar en ese momento y dejaban firme una sentencia de la Casación Penal federal que ratificaba el criterio de la reincidencia. Esto coincidió con el inicio del debate por la reforma penal.
En cuanto a la estructuras que Argibay administraba hay dos que quedan huérfanas: la Oficina de la Mujer de la Corte y, más trascendente aún, el Cuerpo de Peritos de la Corte, ese grupo de técnicos que juegan un papel exclusivo en las grandes causas.
Ayer en el acto oficial para despedir a la ministra Ricardo Lorenzetti reconoció que  había cambiado por completo el cuerpo de peritos. No contó, sin embargo, que tuvo una discusión con la jueza porque el administrador de la Corte Héctor Marchi – que solo le atiende el celular a Lorenzetti-  le dio de baja un proyecto para esa dependencia.
Argibay nunca quiso demasiado a Lorenzetti y tampoco a su entorno directo, entiéndase Marchi, el secretario de gestión Alfredo Kraut y la vocera María Bourdin. Al presidente del tribunal no lo quería demasiado. Esto debe considerarse siempre desde la filosofía de la ministra que no aceptaba alegatos de oreja de abogados aunque estos fueran amigos.
Dejando de lado cualquier tipo de sensibilidad, debe descontarse que en menos de un año el número de integrantes de la Corte se verá reducido exponencialmente: Zaffaroni insiste en que diciembre será su último meses (ya está reubicando a sus empleados) porque en enero cumple 75 años. Enrique Petracchi batalla contra una enfermedad compleja y cada vez va menos a su despacho. Por su parte, Carlos Fayt tiene 97 años y su salud es frágil. Elena Highton de Nolasco, de 71, tampoco está rebosante de salud. Pero los dos últimos aún no piensan en renunciar.
La Corte debe quedar en cinco miembros por la ley de 2006 pero tal vez para cuando llegue el nuevo presidente en 2015 haya dos o tres vacantes para cubrir.  En esa danza de nombre que se empieza barajar en diversos círculos uno de los candidatos que se menciona es el del ex canciller Rafael Bielsa, actual presidente de Aeropuertos Argentina 2000, de buen diálogo con el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini.