| Informe de la Procuración Penitenciaria de la Nación

Cárceles federales: récord de torturas y malos tratos

Durante el 2013 se multiplicaron las denuncias por los delitos sufridos por los internos. Casos de superblobación y violencia extrema en cárceles de máxima seguridad.

Las torturas son una práctica corriente en las cárceles.

Las torturas son una práctica corriente en las cárceles.

Por Ignacio Ramírez.

El informe de la Procuración Penitenciaria de la Nación resume la realidad en un crecimiento de decesos, homicidios, suicidios, y torturas en las cárceles federales. El crimen y castigo es una realidad: los números del 2013 son las más altos de los últimos doce años, 2377 casos de torturas y malos tratos, y 818 víctimas de violencia institucional.

“Nos preocupa porque las causas de las muertes en custodia siguen siendo las mismas de siempre. Por ejemplo el caso de ahorcamientos, tuvimos un año de 10 ahorcamientos en penales femeninos, y otro en un penal de Santiago del Estero de una persona joven. Muchos de los presos temen hablar por miedo a represalías. Si uno ve las causales de muertes, el certificado de defunción dice paro cardo respiratorio. Por suerte, contamos con una estadística, que hubo un momento que no había referencias de lo que pasaban en los penales”, indica Francisco Mugnolo, Procurador Penitenciario de la Nación.

Según el informe, los disparadores de los malos tratos registrados en el 2013 según las circunstancias que se produjo la agresión indican que el 26 % fue durante un reclamo individual o colectivo, un 26 % durante la requisa ordinaria de pabellón del cuerpo especial, que cuentan con 520 casos de malos tratos, un 16 % durante los motines o riñas, un 14 % cuando el preso cumplía sanción por aislamiento, 9.5 % en el reintegro al pabellón, durante la circulación por la unidad o al ingresos de la unidad en la “bienvenida” entre otros.  }

Este último método de violencia institucional, donde la única autoridad que manda es la penitenciaria, se registra en los detenidos más jóvenes, que ingresaron por delitos contra la propiedad. Jóvenes adictos que comienzan robando una pala, luego un estereo, para terminar con algo mas grave.

“El uso de la violencia por parte del Servicio Penitenciario constituye una rutina de las fuerzas de seguridad y es una herencia de la ultima dictadura no existió un proceso de replanteamiento o democratización de las fuerzas de seguridad que tienen a cargo a los detenidos”, indica Marta Monclús, de Observatorio de Cárceles Federales.

Otra política penitenciaria es que los presos se arreglen entre ellos. Los objetos utilizados para maltratar o torturar son: palos, picanas, itakas, escudos, balas de goma, armas blancas o sogas.

El informe da cuenta en su capitulo V, sobre la sobrepoblación, condiciones de detención, traslados arbitrarios, y medidas de seguridad observando con preocupación que en diciembre de 2013 el total de detenidos dentro del SPF constituye un pico histórico, rozando los 10.000 presos, sin contar el conjunto de detenidos por la justicia federal y nacional alojados en cárceles provinciales y a cargo de fuerzas de seguridad en otros lugares de detención no penitenciarios diseminados en todo el país, los cuales no cuentan con estadísticas del SPF.

Los detenidos fuera del SPF en un 78.60 % están presos por la Ley de Estupefacientes, un 6,40% por delitos contra la propiedad, 4,8% por delitos contra las personas, 4 % poe delitos económicos, o Ley de trata.

El informe detalla, que fuera del Centro de Detención Judicial, Unidad 28; que es una unidad de tránsito y no tiene condiciones para el alojamiento permanente de personas, la situación es crítica en las unidades de máxima seguridad del interior del país (Unidad 9 de Neuquén, U. 7 de Chaco, y U6 de Rawson) tanto por su ineficiente infraestructura, como el nivel de violencia que impera en ellas.


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