| Futuro sombrío en la causa Ciccone

Boudou ya piensa en una embajada

El vicepresidente cree que no tendrá éxito en el pedido de cierre de la causa que presentó en Casación. Se habla de una indagatoria antes de fin de año. El factor Clarín.

El vicepresidente quiere una salida diplomática.

El vicepresidente quiere una salida diplomática.

“Lo de Casación no va a funcionar, me parece que voy a tener que hacer como Moreno y rajarme para alguna embajada”, le dijo el vicepresidente Amado Boudou al senador Miguel Pichetto en una llamada telefónica que tuvo lugar durante el receso pascual.

Hay un cambio en la actitud del vicepresidente que comienza a mostrarse más negativo sobre su futuro en la causa de la imprenta Ciccone. Tiempo atrás cuando algún conocido le preguntaba por ese expediente simplemente sonreía y decía “voy a resistir hasta el final, yo me la banco”.

Desde la semana pasada tramita en la Cámara de Casación Penal un pedido de sobreseimiento presentado por Diego Pirotta, socio de Darío Richarte. El abogado defensor tampoco pasa un buen momento desde que se volvió vox populi que tiene una relación de amistad con Mariano Borinsky uno de los tres camaristas (junto a Juan Carlos Gemignani y Gustavo Hornos) que tiene que resolver el pedido de Boudou. En la Casación nadie deja de preguntarse por qué Borinky no se excusa.

El presidente de la Casación vive un mal momento tanto en lo judicial (está peleado con muchos jueces luego de afirmar que los tribunales orales no tiene la productividad adecuada y darlo a conocer en un escrito). Su entorno familiar está complicado porque su esposa es una de las herederas de la marca de pilotos Perramus y se encuentra en una dura pelea sucesoria con sus hermanos.

Gemignani, en cambio, está dispuesto a quemar las naves con tal de rechazar el pedido de Boudou (ya fue recusado, sin éxito, por Pirotta). El camarista está convencido de que los abogados de Boudou lo presentaron fuera de término. Borinsky le desconfía a su colega de sala porque piensa que él es la fuente de las notas que se publican en los diarios Clarín y en La Nación.

Justamente, el esceptisismo de Boudou no tiene su explicación en la solidez de su recurso sino en una supuesta presión que estaría ejerciendo el Grupo Clarín sobre los tres jueces así como también sobre el juez federal Ariel Lijo quien ayer en una reunión en su despacjo dio a entender que antes de diciembre Boudou será indagado.

“Los abogados de Clarín les dicen a los jueces que si me salvan los hacen echar en el Consejo de la Magistratura. Sino es en este gobierno, en el que viene”, cuenta Boudou mientras mira el mapa y consulta sobre posibles destinos.

Los antecedentes más recientes no lo ayudan. Tanto Ricardo Echegaray como Julio De Vido intentaron en los últimos tres meses alguna vía de escape diplomática. Por ahora siguen en sus oficinas.

 

 


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