Un joven de 19 años fue detenido, acusado de liderar una red informática especializada en fraudes electrónicos internacionales con la que robaba grandes sumas de varias webs de transferencia de dinero y de juegos por internet, informó la agencia Télam.
Pese a que aún continúan la investigación y el análisis de la prueba reunida, los peritos trabajan con la hipótesis de que el joven desviaba a su favor cerca de 50.000 dólares por mes.
Los expertos en delitos tecnológicos de la Policía Federal llevaron a cabo una serie de cinco allanamientos en Rosario y en el barrio porteño de San Cristóbal, este último en el domicilio donde el pirata informático no sólo operaba la red sino que convivía con su padre.
Según dijeron los voceros, en ese lugar, situado en Juan de Garay al 3200, fueron secuestradas computadoras con capacidades de cálculo muy superiores a las corrientes, cables de conexión especiales, servidores, routers y 14 discos rígidos.
El operativo que desembocó en la detención del joven tiene como investigadas a otras seis personas, entre las que se encuentra su propio padre, un ingeniero informático de quien los pesquisas sospechan que pudo colaborar en los ilícitos.
El trabajo de los investigadores comenzó en 2012, luego de que un empresario que ofrecía servicio de alojamiento -hosting- de páginas web personales denunciara que un hacker había intervenido remotamente sus servidores e interceptado transferencias electrónicas que hacía a través del portal Dineromail.
Con intervención de la fiscalía nacional en lo Criminal de Instrucción 28, los pesquisas descubrieron entonces que el mismo pirata informático hackeaba distintos sitios de transferencias de dinero y de juegos online.
De acuerdo a las fuentes, la técnica utilizada por el ahora detenido consistía en plantar un virus informático del tipo «malware» que realizaba los desvíos del dinero.
Para evitar que las víctimas notaran las transferencias ilegítimas, el hacker controlaba una compleja red de miles de computadoras «zombies» que realizaban una petición al sitio web, todas juntas y al mismo tiempo, y así saturaba y colapsaba el servidor por el tiempo que durara el ataque informático.
Tras el análisis de las miles de cuentas utilizadas para la maniobra, los investigadores dieron con la dirección donde vivía el joven como el punto donde toda la operación se concretaba y la de una persona en Rosario como el lugar donde se cobraban todas las transferencias de dinero.
Con toda la información reunida, la policía llevó a cabo los allanamientos y el secuestro de los distintos elementos de valor para la causa.
Fuentes de la investigación revelaron que el «súper hacker» poseía varias cámaras de última generación enfocadas en distintos puntos de la manzana en la que vivía, con la intención de saber con antelación si se producía un operativo policial y así tener tiempo de destruir las pruebas.
Por esa razón, el día del operativo los efectivos de PFA decidieron cortar como precaución el suministro de energía eléctrica en la zona.