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Amenazan a los dos fiscales de la causa Carbón Blanco

Carlos Amad y Federico Carniel denunciaron amenazas. Participan en el juicio contra cinco acusados de haber traficiado una tonelada de cocaína a Europa. Testaferro de Grondona.

Los fiscales amenazados.

Los fiscales amenazados.

Los fiscales federales de la causa Carbón Blanco Carlos Amad y Federico Carniel denunciaron amenazas de muerte, después de haberse reanudado el juicio oral en Resistencia, donde son juzgados cinco imputados por el contrabando de una tonelada de cocaína a Europa.
Según publicó el diario Norte, el fiscal Amad encontró en el parabrisas de su auto una nota con amenazas, en la que se hacía referencia a los funcionarios del Ministerio Público y a sus familiares. Amad y Carniel presentaron una denuncia en la Policía Federal para que se investigue esta amenaza. Ahora, los dos funcionarios tienen una custodia especial, que también incluye a sus familiares.

“Amad, mal momento elegiste para volver. Vos y tu amigo Carniel no la van a pasar nada bien. Los estamos observando, escuchando, sabemos todo, ojo, zurdos de porquería”, decía el mensaje escrito con una computadora.

“No hay que paralizarse, hay que continuar”, aseguró Carniel, quien opinó que las amenazas pueden estar relacionadas con el juicio de Carbón Blanco o de otras causas que se investigan vinculadas a delitos de lesa humanidad.
La amenaza contra los fiscales provocó preocupación por los antecedentes que existen en este caso. En marzo pasado se detectó a través de escuchas telefónicas que el abogado Carlos Salvatore –uno de los principales imputados– amenazó de muerte a la jueza federal de Presidencia Roque Sáenz Peña, Zunilda Niremperger, durante una conversación con su esposa, también imputada en la causa. “Yo los voy a sacar, después la mato a ella, pero primero los saco a ustedes (…) No me importa, no me importa, yo pago este homicidio, lo pago a este homicidio, pero ella se muere”, le dijo Salvatore a su mujer. La Policía Federal allanó el domicilio de Salvatore, quien estaba con prisión domiciliaria, y luego fue trasladado a la cárcel de Ezeiza.
La semana pasada, uno de los supuestos líderes de esta banda, Patricio Gorosito, admitió que era “testaferro” de Julio Humberto Grondona, el expresidente de la AFA, a días de haberse desatado el escándalo por corrupción en la FIFA.