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Víctor Cingolani, condenado por el homicidio de la hermana de su esposa, a punto de salir en libertad

Por Rodolfo Palacios.

Desde hace unos días, a Víctor Cingolani le cuesta dormir. El marido de Edith Casas, condenado a 13 años por el crimen de Johana, su ex novia y hermana gemela de su esposa, está ansioso. Pero al mismo tiempo se siente feliz. En pocos días podría recuperar la libertad. Esta semana, la Cámara del Crimen de Caleta Olivia hizo lugar a un pedido de excarcelación presentado por Lucas Chacón, su abogado defensor. La Justicia fijó una fianza de 200 mil pesos: la familia de Cingolani presentó como garantía una propiedad y dos autos.

“Si la fiscalía no apela esta resolución judicial, Cingolani estará libre. En realidad, mi pedido se hizo porque había pasado los tres años de prisión preventiva sin condena firme. La Justicia entendió que puede estar libre sin riesgo de fuga y sin entorpecer la causa”, anticipó Chacón a CyR. Cingolani lleva más de tres años detenido en la alcaidía de Pico Truncado, pueblo santacruceño de 22 mil habitantes.

Víctor y Edith se casaron cuando él ya estaba preso.

Víctor y Edith se casaron cuando él ya estaba preso.

Los familiares de Cingolani reflejaron su alegría por Facebook. Claudia, hermana de Víctor, confesó: “Ya estamos, en tres días voy a tener conmigo  a mi querido después de tres años. ¡Qué felicidad! Vamos a festejar. Gracias por ayudarme a pelear y a darme fuerzas cuando las estaba perdiendo”. Claudia siempre se ocupó de defender a su hermano a través de su lucha mediática y judicial.

En paralelo, Chacón pidió la libertad de su defendido ante la Cámara de Casación de Santa Cruz y en breve deberá argumentar su solicitud. “Son dos situaciones distintas. Lo de la Cámara tiene que ver con que el fallo no es firme. Lo de Casación va en sintonía con el juicio en el que se condenó a (Marcos Díaz), en el que el fiscal sostuvo que no hay pruebas que demuestren la presencia de Cingolani en la escena del crimen”, sostuvo Chacón.

A Johana Casas la mataron de dos balazos el 16 de julio de 2010. Su cuerpo fue encontrado por un entrenador de perros que recorría un descampado ubicado a unos cuatro kilómetros del centro de Truncado, en una zona conocida como cordón forestal, cerca de un santuario de la Difunda Correa.

“Mataron a una de las gemelas”, fue el comentario que corrió en el pueblo, boca en boca. Por ese entonces, Cingolani había dejado de salir con Johana: era novio de Edith. La autopsia reveló que el asesino la ejecutó de un balazo a quemarropa en el corazón y otro entre la segunda y tercera costilla.

Desde un principio hubo dos sospechosos: Cingolani y Marcos “El tosco” Díaz, el último novio de Johana. Para los investigadores, los dos se habían puesto de acuerdo para matarla. Primero fue juzgado Cingolani porque Díaz estuvo prófugo siete meses. En junio de 2010 lo condenaron a 13 años. Hace poco más de un mes, Díaz fue condenado a 12 años por el mismo delito. “Contra Día, las pruebas son contundentes: hallaron ADN suyo en la escena del crimen. En cambio, a Cingolani no lo ubicaron siquiera en ese lugar y nadie lo vio. Y la prueba de parafina que encontró pólvora fue mal hecha”, dijo Chacón.

El futuro de Cingolani está mucho más despejado que a comienzos de año, cuando el caso dio la vuelta al mundo. Sobre todo cuando se casó con Edith el 14 de febrero, el Día de los enamorados. “Los periodistas le están pifiando. Edith no se casó con el asesino de su hermana. Se casó con un hombre inocente”, dijo Cingolani. ¿El tiempo le dará la razón? En esta historia increíble, todo puede pasar.


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