| Derivaciones

La compra del edificio de Gils Carbó y una impensada derivación al juez Rosenkrantz

La cuñada de Gabriel Bouzat, ex socio del juez de la Corte, intervino como intermediaria en la operación de compra del edificio de la Procuración.

Lorenzetti y Rosenkrantz, enfrentados por la presidencia.

Lorenzetti y Rosenkrantz, enfrentados por la presidencia.

El caso de las presuntas irregularidades en la compra del edificio de la calle Perón que tiene en jaque a la procuradora Alejandra Gils Carbó está generando malestar en la Corte Suprema de Justicia, por las derivaciones impensadas que puede tener en uno de sus flamantes integrantes.

Ocurre que quien fue la intermediaria para que la Procuración compre ese inmueble histórico es Bábara Jaureguiberry, dicen fuentes del caso. Su hermana Elenora, secretaria de Cultura en la Municipalidad de San Isidro, es la esposa de Gabriel Bouzat, el socio de Carlos Rozenkrantz antes de que este llegara al cuarto piso. Bouzat es además abogado del Grupo Clarín.

En el escrito de 113 páginas que le presentó ante el juez federal Julián Ercolini cuando fue convocada a prestar declaración indalatoria, Gils Carbó se desliga del cobro de una millonaria comisión por parte de un funcionario de la Procuración.

Gils Carbó sostiene que no cobró ni se benefició con la operación inmobiliaria que culminó con la compra de un edificio en la calle Perón 667. Su defensa señaló en particular a Guillermo Bellingi y Juan Carlos Thill, y remarcaron que este último cobró una «comisión indebida».
El dato que pasó desapercibido en todos lados menos en la Corte es que la compra por el edificio  se realizó mediante la inmobiliaria Jaureguiberry y Asociados. La cuñada de Bouzat, entonces socio de Rosenkrantz cuando se realizó la operación, fue quien intervino en la compra.
La firma vendedora del edificio -Arfinsa, de la familia Bemberg- pagó $ 8 millones a la inmobiliaria Jaureguiberry en concepto de comisión y ésta, a su vez,  habría pagado una subcomisión de $ 3 millones a Thill. Bábarara Jaureguiberry está imputada también en la causa, dijeron fuentes del caso.
Ercolini cree que la licitación por la que se compró el edificio de la calle  estaba digitada antes de ser pública, para que se beneficiaran los que iban a cobrar la comisión. De hecho, el contrato entre la inmobiliaria y el broker se hizo el 4 de marzo de 2013, y la licitación para la compra se publicó el 6 de marzo de 2013.
Mediante la resolución administrativa 317/2013, Gils Carbó convocó a la licitación. Hubo cinco ofertas, pero ganó la de Jaureguiberry y Thill. Arfinsa cobró del Estado y pagó $ 7,7 millones de comisión. En el gobierno quieren que Ercolini procese a Gils Carbó.
La aparición de la cuñada de Bouzat en la trama, recrea un panorama que inquieta porque Rosenkrantz quisiera reemplazar a Lorenzetti como titular del máximo tribunal. Y Ercolini es el gran aliado de Lorenzetti en los tribunales de Retiro. Sola basta con atar algunos cabos.