La idea era comentar la situación del caso que sacude a la política regional con el ministro que mejor lo entiende por su cercanía con ciertas autoridades brasileras y sus conocimientos del derecho administrativo.

Maqueda señaló que el problema que enfrenta la justicia argentina para avanzar en el caso es que se vuelve imperioso una reforma al Código Procesal Penal que permita que aquellos testigos que aporten datos valiosos luego sean recompensado con eximición de condena.

Un elemento que existe en Estados Unidos y en Brasil pero que el derecho argentino por ahora no aparece en los códigos. Esa reforma debería votarla el Congreso y según Maqueda es el único camino para que el casa llegue a algo en Argentina.

La iniciativa ya tuvo su avance en el Parlamento, pero el principal problema es que se objete alguna claúsula transitoria que favorezca a la empresa brasileña.

El comentario del juez fue valorado por sus interlocutores que ya por estas horas exploran opciones para acercar un borrador a Olivos. El único reparo de Garavano es que una impronta en este caso puede terminar perjudicando al Gobierno antes de octubre.

El caso Odebrecht, develado en una corte de Nueva York,  se está transformando en los distintos países de la región en una prueba de institucionalidad para los gobiernos.

En Perú, Ecuador y Colombia las administraciones le impusieron multas potentes a la constructora y ordenaron detener a funcionarios y ex funcionarios. En México y Argentina el caso no termina de despegar.

De todos modos, la procuradora Alejandra Gils Carbó firmó un convenio de colaboración con su par de Brasil, Rodrigo Janot, de visita en Buenos Aires como parte de un encuentro regional de fiscales generales del Mercosur. Pese a los buenos augurios y las fotos, pocos creen que la cuestión pueda destrabarse.