| Cronología de las tratativas

Te contamos cómo fueron las negociaciones secretas con Irán, según el dictamen de Nisman

Para el fallecido fiscal, la postura del Gobierno argentino cambió tras la muerte de Néstor Kirchner. Todo comenzó en una reunión secreta en enero de 2011 y que fue revelada por el fallecido periodista Pepe Eliaschev.

Los cancilleres Salehi y Timerman firman el acuerdo.

Los cancilleres Salehi y Timerman firman el acuerdo.

Por Rafael Saralegui

En su denuncia de 300 páginas el fallecido fiscal Alberto Nisman sostuvo que la presidenta Cristina Fernández y el canciller Héctor Timerman, además de otros imputados, urdieron un plan criminal y negociaciones secretas para lograr la impunidad de los iraníes acusados por el atentado contra la sede de la AMIA.

Nisman denunció la semana pasada también al diputado nacional Andrés Larroque, a personal de la Secretaría de Inteligencia, al dirigente Luis D’Elía, al líder de Quebracho Fernando Esteche, al ex fiscal federal y ex juez de instrucción Héctor Luis Yrimia, y al referente comunitario iraní, Jorge Alejandro “Yussuf” Khalil.

Para entender la lógica de la extensa imputación, realizamos una cronología de los hechos a partir del análisis del dictamen del fiscal, quien apareció muerto en su departamento de Puerto Madero, este domingo.

“Esta maniobra comenzó dos años antes de la firma del Memorando de Entendimiento -27/01/2013-, inmediatamente después de la muerte de Néstor Kirchner -27/10/2010-, y la misma involucró a personal de la Secretaría de Inteligencia e incluyó negociaciones directas con unos de los principales acusados por el atentado, Mohsen Rabbani, ex agregado cultural de Irán en la Argentina”, sostuvo Nisman.

Recordó que la justicia argentina solicitó en 2006 la captura nacional e internacional del ex Presidente de la República Islámica de Irán, Ali Akbar Hashemi Bahramaie Rafsanjani; del ex Ministro de Relaciones Exteriores, Ali Akbar Velayati; del ex Ministro de Inteligencia, Ali Fallahijan; del ex Jefe de la Guardia Revolucionaria, Mohsen Rezai; del ex Jefe de la Fuerza Al Quds y ex Ministro de Defensa, Ahmad Vahidi; del Ex Agregado Cultural de la Embajada iraní en Argentina, Mohsen Rabbani; del ex Tercer Secretario de la Embajada de Irán en Argentina, Ahmad Reza Asghari y del ex Embajador de la República de Irán en nuestro país, Hadi Soleimpanpour, como responsables del atentado ocurrido en 1994.

Tras la negativa del gobierno de Teherán a extraditar a los imputados “en noviembre de 2007, la Asamblea General de Interpol decidió emitir notificaciones rojas respecto de cinco de los imputados iraníes: Fallahijan, Rezai, Vahidi, Rabbani y Asghari; sobre los que pesa, entonces, la máxima prioridad de búsqueda que registra la policía internacional”.

Ante la persistente negativa del gobierno de Irán a colaborar con la Justicia argentina, la Argentina ofrece en septiembre de 2010 realizar el juicio por AMIA en un tercer país ante la presencia de veedores internacionales. “Dicha oferta fue rechazada mediante una carta del Representante Permanente de la República Islámica de Irán ante Naciones Unidas, Embajador Mohammed Khazaee, en la cual expresó que las acusaciones argentinas carecían de fundamento y que la actual investigación transitaba un “camino equivocado” que no llevaría a encontrar a los “auténticos autores” del atentado”.

Según Nisman, tras la muerte de Néstor Kirchner, quien siempre se había negado a negociar con Irán, “entre octubre de 2010 y enero de 2011, el gobierno argentino presidido por Cristina Fernández experimentó un giro de 180 grados en relación a su consideración del caso AMIA”.

Dice el dictamen que “el plan criminal se activó en enero de 2011, cuando Héctor Timerman viajó a la ciudad siria de Alepo y secretamente se reunió con su par iraní, Ali Akbar Salehi, a quien le hizo saber que las autoridades políticas argentinas estaban dispuestas a renunciar a la investigación del caso AMIA y a cualquier reclamo de cooperación y justicia, con tal de provocar un acercamiento de orden geopolítico y restablecer plenas relaciones comerciales entre ambos estados”. Recordó en la denuncia que “el 23 de enero de 2011, Timerman arribó a Damasco, donde se reunió con el canciller sirio Walid al-Mohalem. Posteriormente, viajó a Alepo, donde se entrevistó con el Presidente Bashar Al-Assad. La cancillería no emitió comunicado al respecto. No obstante, un cable público de la agencia oficial de noticias Siria –SANA- informó que, con fecha 23 de enero de 2011, el canciller sirio se había reunido con sus pares de Argentina y de Irán, uno después del otro, y que al día siguiente ambos cancilleres viajaron a la ciudad de Alepo. Obran evidencias que demuestran que existió “un mano a mano entre Salehi y Timerman para tratar el tema”.

En el dictamen dice que el canciller iraní Salehi tomó nota del ofrecimiento y se lo comunicó por escrito al entonces Presidente Mahmoud Ahmadinejad: “…Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados…en cambio prefiere mejorar sus relaciones comerciales con Irán”.

El fallecido periodista José “Pepe” Eliaschev fue quien reveló la reunión secreta y su finalidad en una nota publicada en el diario Perfil en marzo de 2011. Cuando prestó declaración como testigo, Eliaschev dijo haber accedido a una copia de ese documento secreto redactado por el canciller iraní. “Como si estos elementos no fueran suficientes, el propio Alí Akbar Salehi reconoció posteriormente: “…nos hemos reunido durante dos años con el Canciller argentino Héctor Timerman…”, esto literalmente ubicó el inicio de las negociaciones en enero de 2011, justamente, para la reunión de Alepo”, razona Nisman.

Según dice el dicamen fiscal, comenzó un período de negociación secreto entre los gobiernos de Argentina e Irán que se extendió hasta septiembre de 2012 “y durante el cual, ambas partes realizaron gestos claramente indicativos del acuerdo que, en esa época, se estaba incubando”.

Las negociaciones, según el dictamen siguen así:

*En julio de 2011, el gobierno argentino calificó de “muy positiva” una misiva de la cancillería persa por la cual se ofrecía colaborar con la investigación, curiosamente, en una nueva hipótesis, distinta a la esgrimida por la justicia.

*El 22 de septiembre de 2011, la Sra. Presidente instruyó al entonces Embajador argentino ante las Naciones Unidas, Jorge Argüello, para que permanezca en su asiento mientras pronunciaba su discurso él, en aquel tiempo, Presidente de la República Islámica, Mahmoud Ahmadinejad. Ello, en contraste con la decisión sostenida por la mandataria en los años previos, de retirar a la delegación argentina del piso y no presenciar los discursos de Ahmadinejad.

*En septiembre de 2012, por primera vez en años, Presidencia de la Nación decidió no invitar a formar parte de la comitiva argentina que viajó a la 67ª Asamblea General de Naciones Unidas a ninguno de los dirigentes comunitarios de las instituciones judías locales.

*En septiembre de 2012, Cristina Fernández oficializó las reuniones, siendo que, públicamente ante la Asamblea General de Naciones Unidas, adujo que la República Islámica de Irán había expresado su voluntad de negociar por el caso AMIA y anunció haber instruido a su canciller en ese sentido. Entonces se clarificaron los motivos por los cuales la Sra. Presidente, en aquella oportunidad y por primera vez, no había invitado a las instituciones comunitarias judías a formar parte de su comitiva a la apertura del Debate General. El anuncio que haría había sido acordado con anterioridad y con una finalidad distinta a la que se invocó.

Para Nisman, el discurso de la presidenta Kirchner ante la asamblea de Naciones Unidas “fue solo una puesta en escena, la primera de varias que ocurrirían durante el camino que recorrió el plan de impunidad ideado y orquestado por los funcionarios argentinos aquí denunciados”. Y agrega “se buscó ocultar que el acercamiento había sido promovido por Argentina, y no por Irán como se dijo; y se quiso hacer creer que las negociaciones se iniciaban en ese momento, cuando ya llevaban –al menos- un año y medio.

Para el fiscal, el resultado visible de las negociaciones, tanto secretas como públicas, fue el Memorando de Entendimiento firmado el 27 de enero de 2013 en Etiopía, que no fue el inicio “sino la culminación de una maniobra criminal que ya llevaba más de dos años de ejecución”. El objetivo no declarado de las negociaciones, dice Nisman, era que Irán comenzara a comprar granos a la Argentina a cambio de petróleo, mientras cesaban las acusaciones contra el gobierno iraní por el atentado donde murieron 85 personas el 18 de julio de 1994.