| Un equilibrista en Tribunales

Richarte, el abogado todoterreno

Defiende a Amado Boudou y asesora a Sergio Massa. Llegó a vicerrector de la UBA. Está en el comité de disciplina de la AFA, de la mano del presidente de Boca.

Richarte fue el número dos de la SIDE.

Richarte fue el número dos de la SIDE.

Sergio Massa, Amado Boudou y Mauricio Macri  encuentran hoy en día un  espacio común en  la figura del abogado Darío Richarte.  Los tres depositaron altas cuotas de confianza en la figura de este abogado radical que oficia como defensor todoterreno, vicerrector de la UBA y ahora también con un lugar en el siempre gris comité de disciplina de la AFA. Ese podría ser el color que mejor define a Richarte.

Cuando durante el gobierno de la Alianza se dio el ascenso del efímero Grupo Sushi (jóvenes profesionales que se agrupaban en torno al hijo del presidente De la Rúa) cuenta la leyenda que a Richarte le preguntaron si le interesaba la posibilidad de ser impulsado para los juzgados federales. Rechazó con elegancia y pidió ir a trabajar a la SIDE, donde recaló como número dos del organismo.

Pero su paso por La Casa fue muy controvertido, debido a a resistencia que generaba en los históricos. Nunca generó confianza entre los espías, imaginó reformas que quedaron en la nada y se despidió con el monumental escándalo que significó que el diario Página 12 publicara en su portada el rostro del delegado en Buenos Aires de la CIA, Ross Newland. El organismo de Langley debió sacar del país en tiempo record a su espía y Fernando De la Rúa recibió un tremendo reproche del entonces halcón de la Casa Blanca, Colin Powell.

Miguel Angel Toma, que se hizo cargo de la SIDE durante el duhaldismo siempre recuerda que Richarte lo fue a buscar para pedirle protección, temeroso de alguna represalia luego del caso Newland.

Lo único que le quedó de esos meses fue una buena relación con el operador Javier Fernández a quien el mismo al principio definía como “peronista pero buen alcahuete de todo lo que pasa en tribunales”. Lo cierto es que Fernández luego se transformaría en el principal nexo entre los servicios y la justicia federal. Con Richarte fundaron un estudio jurídico en el cual Fernández no aparece nunca y que es el que ahora defiende a Amado Boudou en la causa Ciccone. También defendieron a Fernando De Santibáñez en la causa de los sobornos en el Senado.

El ascenso de Richarte como vicerrector de la UBA se explica desde el rol que tuvo el año pasado cuando unió a radicales con macristas en la Facultad de Derecho para aplastar a La Cámpora. De esa forma logró imponer una vez más como decana a su amiga Mónica Pinto. Esta le devolvió el favor convenciendo a varios decanos de nombrarlo vicerrector como un contrapeso de Alberto Barbieri que es peronista y amigo personal  de Julio De Vido. La llegada de Richarte al rectorado es rechazada por agrupaciones de izquierda, que empapelaron los paredes para recordarle su pasado en la SIDE.

La llegada de Richarte a la AFA obedece en cambio a una buena relación con el presidente de Boca, Daniel Angelici. El inicio de ese vínculo es que Richarte ha colocado a varios recomendados por Angelici en la estructura de la UBA.

Sin embargo, el futuro más inmediato lo encontrará al abogado trabajando en el proyecto presidencial de Sergio Massa. Gracias a él, y a los oficios de Fernández, esa candidatura ya tiene afinidad en los despachos de Claudio Bonadio y Rodolfo Canicoba Corral dos jueces que en Comodoro Py siempre se imaginan en la famosa servilleta de Corach.

 

 

 

 

 

 

 


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