Por Guillermo Nicora*

Corrientes, campus de la Universidad Nacional del Nordeste, sábado 20 de octubre. El pasillo de dormitorios del primer piso funge de sala de audiencias. Una silla transformada en estrado apenas si sostiene al inestable imputado, sometido al contra examen del no menos deteriorado fiscal:

-Usted fue visto con “Milrayitas” en una situación comprometida, ¿no es cierto?

-¡Objeción!

-Precise qué quiere decir con “comprometida” —casi balbucea el defensor.

-Ha lugar. Reformule — resuelve Su Señoría, saliendo a medias de su sopor.

¿Qué es esta extraña escena? El final de la noche de algunos participantes del Cuarto Concurso Nacional Universitario de Litigación Penal, quienes tras haber finalizado tres juicios simulados en dos tardes intensas, cambiaron  la sala de audiencias por el boliche, para acabar contraexaminándose unos a otros sobre sus efímeras conquistas. No llegaron a la final, pero eso no empañó la alegría de una experiencia inolvidable.

No lejos de allí, en sus respectivos “cuarteles”, los que sí llegaron a la final también trasnocharon, y también fatigan interrogatorios y alegatos, pero con la adrenalina de que la mañana del sábado tendrán que pararse ante un verdadero jurado popular de seis correntinas y seis correntinos que son maestras, comerciantes, amas de casa, desocupados, médicas o jubilados, y a los que tendrán que convencer que Tamara Peña es una asesina, o una pobre víctima de la droga y la violencia de género.

A dos mil kilómetros de distancia, en Neuquén, sede Sur del Concurso 2012, seis equipos de otras tantas universidades, repitieron la misma mezcla de pasión por la abogacía y alegre estudiantina de los ocho equipos de la Sede Norte. Por cuarto año consecutivo, el Instituto Nacional de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) organiza un concurso en el que catorce equipos de tres a seis estudiantes de Derecho (avanzados y noveles, sin distinción) compiten entre sí en juicios simulados preparados específicamente para la ocasión, ante jueces reales que adaptan sus prácticas habituales a la modalidad del juicio oral bajo las reglas del acusatorio adversarial, para alcanzar la deseada final y debutar litigando ante un jurado popular real.

Los ganadores de las sedes (los equipos de la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco” y de la Universidad Nacional de Córdoba), que son además los ganadores de las ediciones 2010 y 2011 respectivamente, se enfrentarán en Córdoba, en busca del primer bicampeón del Concurso.

Más información:  http://cnulpinecip.blogspot.com.ar/ y http://www.facebook.com/INECIPcapacitacion

* Docente, consultor de INECIP y Coordinador General del IV Concurso Nacional Universitario de Litigación Penal.