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Ricardo Barreda estuvo en el cacerolazo contra el gobierno

Barreda, cacerola en mano, entre los vecinos

Barreda, cacerola en mano, entre los vecinos

Es un caso único en el mundo. Un asesino se mezcla entre la gente, cacerola en mano, y reclama por más seguridad, contra la corrupción o en protesta por el intento de democratizar a la justicia. En una faceta desconocida, Ricardo Barreda –el dentista que el 15 de noviembre de 1992 mató a su familia en La Plata- participó en Belgrano de la marcha contra el kirchnerismo.

En 2012 había participado del 8N, la marcha en la que la gente pidió que se libere el cepo cambiario y protestó contra la inseguridad. Allí, en Cabildo y Juramento, se lo vio a Barreda, serio, como casi siempre, sorprendido ante el flash. “Fui porque estoy cansado que nos metan el dedito”, dijo poco después. “Vi que una piba me hizo la foto, siempre me hacen fotos cuando camino por la calle”, dijo el hombre que hace 20 años mató a su esposa, a su suegra y a sus dos hijas, supuestamente porque lo maltrataban y le decían “conchita”. Barreda suele decir entre amigos que Cristina es «una yuegua» enferma de poder. «Tiene un rictus trágico, podría ser una gran actriz», llegó a decir el cuádruple asesino que goza de libertad condicional.

Ahora reapareció entre sus vecinos de Belgrano, donde vive con su novia Berta André. Es su segunda marcha. ¿Irá a otra protesta? Es probable que no se anima a ir a una marcha contra la violencia de género.


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