| Investigación

Crimen mafioso en Quilmes: asesinan a tiros a un contador

Diego Guastini era socio de un financista que está desaparecido hace seis años. Lo mataron dos sicarios.

 

El contador fue asesinado a la vuelta de su casa.

Un contador que era socio de un financista que está desaparecido desde 2015, fue asesinado este lunes a balazos a la vuelta de su casa y a metros de la Municipalidad de Quilmes cuando circulaba en un auto importado y con una pistola Glock en la cintura, en un supuesto ajusto de cuentas o crimen del tipo mafioso.

La víctima fue identificada por las fuentes como el contador Diego Xavier Guastini (45), quien en septiembre había sido condenado a una pena en suspenso en una causa por contrabando de divisas y, además, era amigo y ex socio del financista Hugo Díaz, desaparecido hace cuatro año en la Capital Federal, y de cuyo paradero nunca más se supo nada.

Guastini fue uno de los investigados por la desaparición de Díaz y su oficina en la calle Florida al 500 del microcentro fue allanada en varias oportunidades porque fue el último sitio donde el prestamista desaparecido fue visto por última vez el 9 de marzo de 2015.

El crimen del contador ocurrió alrededor de las 8.30 del lunes en la esquina de la calle General Paz y Alberdi, a metros de la municipalidad de Quilmes, en el sur del conurbano. Fuentes de la investigación revelaron que Guastini vivía a la vuelta y pasaba todos los días por ese sitio.

Dos efectivos de la Policía Local que estaban a 100 metros, de recorrida en la zona, escucharon una serie de detonaciones de arma de fuego y llegaron al lugar. Allí vieron un automóvil marca Audi A4 gris detenido en medio de la calle, cerrado, con el motor en marcha y algunos impactos de bala en el sector de la puerta y la ventanilla del conductor.

A unos metros, sobre el cordón de la vereda del lado izquierdo, los policías encontraron a Guastini herido de bala, inconsciente y con una pistola marca Glock calibre .40 en la cintura que «ni llegó a sacar para defenderse», según detalló uno de los investigadores.

Por los dichos de testigos, los asesinos fueron dos hombres que esperaron en una moto el paso del auto de la víctima, aunque no se descarta que hubiera otros vehículos de apoyo involucrados en el ataque.

«Lo estaban esperando para ejecutarlo. Cuando llegó a la esquina, uno de los sicarios se acercó al auto, efectuó los disparos, se montó a la moto y huyó con el cómplice», dijo una fuente judicial.

Guastini, que vestía pantalón azul, camisa cuadrillé y zapatillas de cuero marrón, llegó a bajar herido del auto, se arrastró hasta la vereda y allí quedó tendido en la esquina donde funciona el Centro de Zoonosis de la municipalidad quilmeña.

Una ambulancia del SAME de inmediato trasladó al hombre al hospital Iriarte de Quilmes, pero allí llegó fallecido. El auto que manejaba Guastini, el Audi A4 patente AC188TO, está a nombre de su mujer y, a simple vista, recibió tres balazos que dieron uno en la ventanilla y otros dos en la chapa de la puerta del lado del conductor.

El caso es investigado por el fiscal Martín Conde, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Quilmes, quien estuvo en la escena del crimen. En el lugar, peritos de Policía Científica recolectaron dos vainas servidas de proyectiles 9 milímetros.

Si bien no se descarta ninguna hipótesis, el fiscal Conde y los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes sospechan que se trató de algún tipo de ajuste de cuentas o crimen del tipo mafioso.

«Tenemos que intercambiar información con la Justicia pero por lo que sabemos era una persona vinculada al mundo de las financieras y con algunos problemas con barrabravas», afirmó otra fuente.

Guastini, quien ahora vivía en Quilmes pero había tenido domicilios en Puerto Madero y la oficina de la calle Florida, fue condenado en septiembre último a tres años de prisión en suspenso en una causa por tráfico de divisas y lavado de dinero.

Según la investigación del juez penal económico Rafael Caputo, se trataba de una organización que a través de «mulas» ingresaba y sacaba del país sumas millonarias.

Pero en 2015, Guastini fue investigado por la fiscal Estela Andrades por la desaparición de su amigo el financista Díaz, causa que luego de tres años y más de 20 cuerpos, fue archivada en 2018.

El contador asesinado hoy había declarado en ese expediente porque fue una de las últimas personas en verlo aquel 9 de marzo de 2015, cuando pasó por su oficina de Florida 520 a recibir un cheque por 32.000 pesos que Guastini quería cambiarle.

El contador declaró que sabía que Díaz tenía vínculos, negocios y algunas deudas con barrabravas de Lanús, Boca e Independiente.

Según surgió de esa investigación, Guastini y Díaz a su vez eran amigos y socios en algunos negocios de Luciano Viale, hijo del espía Pedro «Lauchón» Viale, un ex agente de la SIDE muerto de 11 balazos en un operativo policial en 2013.


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