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Alberto Fernández y sus vínculos con los miembros de la Corte

El candidato dijo que lo invitaron a tomar café en el Palacio. Las desmentidas. Y su relación con Highton de Nolasco.

Fernández dijo que tomó café con Lorenzetti.

La velocidad para declarar y responder en programas de TV le jugó una mala pasada al candidato presidencial Alberto Fernández, un par de semanas atrás, cuando habló sobre la actuación de algunos jueces federales durante el Gobierno de Cambiemos.

En uno de esos reportajes, el candidato dijo que Ricardo Lorenzetti lo había invitado a tomar un café en la Corte Suprema de Justicia y a la hora el máximo tribunal hacía esfuerzos considerables por desmentir el candidato, que irá acompañado en su fórmula por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, dijeron fuentes judiciales.

Para entender las tensiones del cortocircuito conviene repasar la historia de los dos protagonistas. En el primer gobierno kirchnerista Alberto Fernández, entonces jefe de gabinete, miraba con desconfianza a Lorenzetti, porque este había sido recomendado para la Corte por Nicolás Fernández, un histórico hombre cercano a los Kirchner ya desde Santa Cruz y cercano también al ex ministro Julio De Vido.

En el proceso de renovación de la Corte que se desarrolló durante el mandato de Néstor Kirchner, que logró desactivar la horrible Corte menemista, Alberto Fernández tenía varios candidatos pero sólo le permitieron colar a Elena Highton de Nolasco, con cuyo marido  tiene una amistad desde hace décadas.

En tiempos recientes, comentan fuentes del máximo tribunal, Alberto Fernández jugó a favor de su amiga para que el Gobierno no la eyectara del tribunal por cuestiones de la edad, cuando cumplió los 75 que la obligaban a tramitar su jubilación.

Todavía Fernández no había vuelto al kirchnerismo. Entonces no fue difícil canjear esa permanencia por un alineación absoluta con el presidente Carlos Rosenkrantz, que durante año y medio tuvo el aval constante de Highton. Ahora, cuando Alberto volvió al kirchnerismo, la jueza dejó en soledad a Rosenkrantz.

Aseguran las mismas fuentes que Lorenzetti conoce muy bien esas historias y no le gustan porque él le atribuye a Highton el rol clave para él perdiera la presidencia del tribunal justamente a manos de Rosenkrantz y el control sobre diversas cuestiones relacionadas con lo administrativo.

Otro dato. Las mismas fuentes recuerdan que en pleno fragor por la disputa por la Ley de Medios, Alberto Fernández se reunió varias veces con Lorenzetti y siempre en un clima muy tenso. En aquella época se lo acusaba al entonces jefe de gabinete de defender los interes de Clarín, algo que fue desmentido por la propia ex presidenta en su recién publicada autobiografía.

Días atrás Alberto atacó directamente al juez federal Julián Ercolini, (dijo que había que revisar algunas de sus sentencias) que es el hombre de referencia de Lorenzetti entre los jueces federales. Fernández recordó que los dos formaron parte de la cátedra del fallecido Bebe Righi, el procurador que renunció a su cargo cuando se conoció la denuncia contra el entonces vicepresidente Amado Boudou por la venta irregular de la imprenta Ciccone.

Por esta situaciones no debiera sorprender que cuando Alberto Fernández se quiso mostrar amplio y moderado y dijo que tomaba café en el cuarto piso, la respuesta fue la más glaciar de las desmentidas.