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Espías procesados por integrar la misma banda que Stornelli: cómo actuaban

El juez Ramos Padilla procesó a dos ex comisarios y a un ex agente. Cómo hacían los aprietes.

Stornelli y Bonadio fueron denunciados.

La investigación avanza. El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, dictó hoy el procesamiento de los tres miembros de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que integraban una asociación ilícita dedicada al espionaje ilegal y la extorsión de empresarios y amplió además el procesamientos del falso abogado Marcelo D´Alessio, estrella mediática de la banda y primer detenido del caso.

Para el juez, el grupo se dedicó a llevar adelante “acciones de inteligencia criminal, de espionaje político y/o ideológico, se intentó influir a través de aquellas actividades de espionaje en la vida personal, en la situación institucional, política y económica del país, así como en la opinión pública a través de los medios de comunicación, e incluso se pudo haber visto afectada la política exterior”.

Ramos Padilla dictó los procesamientos con prisión preventiva de los ex comisarios bonaerenses y contratados de la AFI, Aníbal Degastaldi y Ricardo Bogoliuk y del espía retirado Rolando Barreiro, a quienes además les trabó embargos por 10 millones de pesos. Además amplió el procesamiento de D´Alessio, al sumarle nuevos hechos que se ventilaron en el expediente.

En la resolución de más de 300 fojas se analizan los casos de:

1) PDVSA y Gonzalo Brusa Dovat, el ejecutivo que fue coaccionado para declarar en la causa de los cuadernos.

2) José Ubeira, el abogado de Oscar Thomas, a quien se le quería hacer «una cama» para sacarlo de la defensa.

3) Jorge Castañón, el piloto ex pareja de la novia del fiscal Carlos Stornelli, a quien se le planeaba plantar drogas.

4) El mediático Leonardo Fariña, con sus declaraciones guionadas para involucrar a ex funcionarios del gobierno anterior.

Los aprietes a Pablo Erasmo Barreiro, Víctor Palomino Zitta y Saturnino Costas, Victoria Munin y Alejandro Talevi, entre otros casos.

Y además, la “Operación Fantino”, Fernando Andújar, La “Operación Jaitt”, Mario Víctor Cifuentes, el diputado Alfredo Olmedo, la causa del Gas Nacional Licuado y el espionaje a Gabriel Bouzat, ex socio del actual presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz.

​El objeto principal de la investigación, según se señala en la resolución, se encuentra vinculado al espionaje e incluye investigaciones ilegales, extorsiones, ablandes, puestas en pánico, aprietes, carpetazos, falsas denuncias, entre otros modos de coacción, todo con fines económicos y políticos.

​Se señala, además, que los vínculos, integrantes y usuarios de la asociación ilícita no están aún totalmente determinados. Sin embargo, se destaca que la organización tenía fuertes relaciones con agencias estatales, funcionarios, legisladores, magistrados y periodistas, cuyo grado de responsabilidad se analizará a medida que avance la investigación.

​En la parte dispositiva, se pone en conocimiento del Procurador General de la Nación el contenido de la resolución. También se pone en conocimiento de la misma al Presidente de la Bicameral de Fiscalización de Inteligencia del Congreso, y se le reclama a Gustavo Arribas que remita toda la información que registre respecto de los procesados y la asociación ilícita investigada.

Evidencias

El juez sostiene que uno de los destacados elementos probatorios que hay en la causa es un documento hallado en una computadora de D´Alessio bajo el título “Síntesis de Investigaciones Actuales” en el que se resumen las operaciones de espionaje que llevaba adelante la organización. Para el juez se trata de una prueba relevante porque demuestra que se llevaron adelante “acciones de inteligencia criminal” sin autorización, además de acciones de espionaje político, ideológico y empresarial.

“Constituye un documento de relevancia probatoria, no sólo porque puede considerarse enteramente como “no contaminado” pues se trata de un documento digital en formato Microsoft Word hallado en una de las computadoras de Marcelo D´Alessio-, sino porque parecería englobar diversas actividades de espionaje ilegal como una suerte de carta de presentación o curriculum vitae del que D´Alessio, y demás miembros de la organización, podrían valerse para exhibir el contenido y resultado de sus operaciones”, resume el magistrado.

En ese documento, se describen diversas acciones:

  1. La investigación de una supuesta delegación comercial clandestina iraní con asiento en Montevideo.
  2. Otra supuesta investigación vinculada con el narcotráfico en Rosario.
  3. Otra línea vinculada con la exportación ilegal de efedrina, vinculada con la mafia de los contenedores.
  4. Bajó el título De Vido, Baratta, Moyano, D´Elía se refiere a la próxima publicación de un libro en la editorial Planeta relacionado con la importación de gas licuado, que iba a derivar en una nueva causa judicial.
  5. Bajo el título Otros temas, tiene dos items llamativos. Los textuales son los siguientes “Conformación de pensamiento y acciones de Elisa Carrió. Vocero real de la señora. Capacidad de orientar contenidos de Declaraciones de Leonardo Fariña en aras de procesar con prisión efectiva a Ricardo Echegaray”.

Al referirse a la carpeta Irán, el juez sostuvo que “la organización investigada se dedicó a realizar una operación de espionaje ilegal para detectar una delegación comercial iraní clandestina con asiento en Montevideo, República Oriental del Uruguay, la determinación de sus objetivos actuales a desarrollarse en la Argentina en el corto y mediano plazo, la conformación del mapa financiero, los nombres de colaboradores tanto en Uruguay como en la Argentina. Para ello, en el mes de octubre de 2016, se realizaron filmaciones con cámaras ocultas a un representante iraní en Argentina y a un grupo de colombianos, se recolectaron correos electrónicos, se obtuvo un detalle de entradas y salidas del país de las personas objetivos, entre otras actividades”.  

Pero para Ramos Padilla esas actividades comerciales no tenían nada que ver con el terrorismo. “Lo cierto es que estos documentos nos permiten señalar prima facie que estamos frente a acciones de espionaje comercial y empresarial y no frente una investigación relacionada con el terrorismo, aun cuando de todos modos, la organización investigada tampoco estaría habilitada a llevar adelante tareas de inteligencia de este tipo”, dijo el juez.

Al describir los elementos que utilizaba el grupo para las actividades de espionaje, sostiene que “tenían a su disposición dispositivos típicos de espionaje como drones con cámaras de alta definición, cámaras ocultas en bolsos o simuladas en llaves, armamento de guerra sofisticado, insignias, distintivos y balizas vehiculares de las fuerzas de seguridad públicas, entre otros elementos que eran utilizados en acciones de campo”.

Al describir las formas de actuar de la banda, el juez dijo que “los miembros de esta organización, con fuertes y numerosos vínculos con funcionarios y magistrados, se refieren públicamente a “ablandes”, “puestas en pánico”, “puestas en emergencia”; incluso frente a Magistrados de la Justicia Federal, y señalan sin tapujos la posibilidad de hacer un “2x1” en referencia a que en ese “estado de pánico” las personas/objetivos –o “paquetes”, como se las denomina habrían de declarar ante la justicia y la prensa”.

Y con ese fin, era clave el rol de la prensa. Por eso los fluidos vínculos que D´Alessio tenía con algunos periodistas, como Daniel Santoro, a quien una de las querellas le pidió que preste declaración indagatoria.