La madre de Nisman teme que le incauten los U$S 600.000 por extinción de dominio

Garfunkel era cotitular de la cuenta en el exterior.
Garfunkel era cotitular de la cuenta en el exterior.

Sara Garfunkel, la madre del fiscal Alberto Nisman, busca cada vez con más ahínco a Claudio Bonadio para que el juez federal de por terminada la causa en la cual se investiga la cuenta que el fiscal tenía en el banco Meryll Lynch de Nueva York y en la que tenía una fortuna que ascendía a los 600 mil dólares.

Nisman mintió a las autoridades del fisco norteamericano cuando abrió la cuenta ya que aparece como abogado y no como funcionario del Poder Judicial del Estado argentino, lo que implicaba que era una figura políticamente expuesta, por lo cual no podía tener esa cuenta a su nombre.

La urgencia se debe a que Garfunkel, como ella mismo ha dicho a su entorno, teme que si el kirchnerismo vuelve al poder en diciembre, se utilice el decreto de extinción de dominio para luego avanzar sobre esos recursos ubicados en una cuenta que tenía al técnico Diego Lagomarsino entre sus titulares.

De esta forma, el DNU firmado por el presidente Macri podría convertirse en una boomerang para la la madre del fiscal, que hace pocos días, en un nuevo aniversario de la muerte, viajó hasta Israel donde se levantó un monumento en homenaje al fiscal, en la idea de que fue asesinado por su denuncia contra los funcionarios del gobierno anterior.

Más allá del tour, CyR pudo conocer que Garfunkel está muy preocupada por esta situación y sus abogados buscan con insistencia a los secretarios de Bonadio, que tienen dormida la causa. Sandra Nisman, la hermana del fiscal también está en esa sintonía, ya que aparece como una de las titulares de la cuenta.

Actualmente, esos recursos están congelados porque sobre la cuenta pesa un reporte operación sospechosa girado a Estados Unidos por la justicia federal: hasta el momento nadie ha logrado explicar cómo Nisman tenía esa cantidad de dinero en Nueva York. Nadie explicó oficialmente cómo se hizo de los fondos.

Tampoco hay explicaciones hasta ahora para demostrar el nivel de vida que tenía el fiscal federal. El alquiler del departamento donde se suicidó en Puerto Madero, los constantes viajes al exterior, y el uso de un auto importado que pertenecía a una agencia de seguridad privada son datos que llamaron la atención cuando se conoció la muerte del fiscal. Del mismo modo, tampoco hubo explicación hasta ahora para la compra de tres terrenos en una de las zonas más caras de Punta del Este.

La familia de Nisman requiere que Bonadio termine con la causa para poder descongelar esos fondos. Hace un año que el fiscal Pablo Zoni había emitido una batería de medidas para que Bonadio les de curso. Luego de esa actuación, sumado a otras causas molestas para el poder, el fiscal Zoni fue desplazado a otro destino.

La trama tiene un costado macabro si se recuerda la desaparición del financista Damian Stefaninni, cuyo auto apareció, por esos  giros del destino, en la jurisdicción del juzgado federal de San Isidro a cargo de Sandra Arroyo de Salgado, la ex esposa de Nisman. Casualidad o no, Stefaninni también figura en las cuentas secretas que el fiscal fallecido tenía en los Estados Unidos.

 


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