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¿Cuándo termina el narcomenudeo y empieza el consumo?

Por Esteban Rodríguez Alzueta

Un principio de solución tiene que ver con la legalización de sustancias con control estatal. Lo aclaro porque no se trata de entregar la comercialización de drogas al mercado sino de regularlo de otra manera. Las drogas ilegalizadas no son un universo desregulado sino regulado informalmente a través de la violencia policial. Prueba de ello fue el reciente juicio que se hizo a una de las bandas que opera en Rosario donde se comprobó la participación policial. Dudo que esto pueda cambiar en el corto o mediano plazo, más aún cuando el gobierno nacional está construyendo legitimidad a través del mito del narcovillero.
El gobierno necesita “operativos” para demostrar una performance exitosa en materia de seguridad. El Estado legalizará las drogas cuando los blancos se decidan sacarle el negocio a los negros. Dicho esto, ¿qué significa la desfederalización del narcomenudeo? Significa que van a bajar los delitos federales y van aumentar los delitos provinciales. Significa que va a haber más presos en las cárceles de Santa Fe. No es lo mismo perseguir el narcomenudeo con cinco fiscales que hacerlo con diecisiete mil policías de la Santafesina. Más policías en la calle haciendo “prevención” implicará más policías haciendo causas por tenencia de drogas. Porque… ¿cuándo termina el narcomenudeo y empieza el consumo?
Autorizar a los tribunales provinciales a perseguir el narcomenudeo implica recostarse sobre la propia policía, sobre sus investigaciones preparatorias. Más aún cuando la desfederalización no va acompañada de recursos que presupuesten a la procuración y no hay un debate de fondo sobre la manera de encarar esas investigaciones, a quién hay que perseguir, cuál es el problema, etcétera.
Entonces, habilitar a la policía provincial a perseguir un delito que figura en la cartelera del gobierno nacional, que está haciendo política con su persecución, implica robarle parte del espectáculo que se está montando alrededor de este “flagelo”. Eso no implica que la policía deje de regular el universo transa.
Eso no va a cambiar. Pero la policía estará más expuesta a tener que mostrar resultados exitosos y por tanto aumentará la presión sobre los actores más débiles del mercado. Peor aún, no solo se continuará estigmatizando a los barrios pobres –identificados como barrios narcos– sino que al hacerlo le agregará más maltrato a sus vecinos, sobre todo a los jóvenes residentes en esos barrios.

* Este artículo fue publicado en el diario El Ciudadano de la ciudad de Rosario el miercoles 2 de mayo de 2018.


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