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Lorenzetti imagina planes de reformas que no generan entusiasmo en los jueces

El titular de la Corte imagina algunos cambios, como otros que quedaron en la nada. La pelea por la presidencia con Carlos Rosenkrantz.

Lorenzetti y Rosenkrantz, enfrentados por la presidencia.

Lorenzetti y Rosenkrantz, enfrentados por la presidencia.

No despierta demasiado entusiasmo entre los jueces federales la propuesta del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, de lanzar una nueva reforma judicial desde el propio seno del conservador Poder Judicial.

Sucede que es la misma dinámica que en años anteriores Lorenzetti impulso y que, aseguran, solo quedó en algunas fotos, reuniones de protocolo y comunicados pomposos del CIJ pero nunca se llegó a materializar un cambio de fondo.

En 2013 Lorenzetti armó tres grupos para pensar reformas que nunca llegaron ni siquiera a manifestarse en una carpeta. Uno lo integraban jueces de la Casación Penal federal, otro jueces de tribunales orales federales y un tercero jueces del fuero ordinario.

En el cuarto piso de la calle Talchuaho existe la idea de que en realidad Lorenzetti quiere preparar el terreno para recuperar protagonismo y asegurar su permanencia en la presidencia del máximo tribunal. Cargo que hoy por hoy le es disputado por Carlos Rozenkrantz.
Entre las propuestas de esta nueva llamada figuran la transformación de la estructura organizativa del Poder Judicial, el ejercicio de la abogacía y la educación legal que se lleva adelante en las universidades.
La eficacia de los procesos mediante la informatización y el uso de criterios de responsabilidad fiscal en materia presupuestaria es otra de las metas. Además apuntará a lograr la celeridad de los juicios penales, laborales y previsionales. Las propuestas definitivas serán elaboradas por distintas comisiones que se reunirán en el Palacio de Justicia.
El proyecto busca acortar los plazos procesales, acelerar las causas penales, especialmente las de narcotráfico, corrupción y trata de personas; y la implementación en forma gradual del sistema acusatorio. Otra de las propuestas es la oralidad en los juicios civiles, laborales y previsionales.
Es probable que algunas de estas cuestiones sean tratadas la semana próxima durante la apertura del llamado año judicial, un movida creada por Lorenzetti, que cada año convoca en el Palacio de Justicia, para dar un discurso, casi una forma paralela a la apertura de sesiones del Parlamento que encabeza el Presidente.
Un acto que Lorenzetti arma para su lucimiento personal y en el que suele bajar línea. Los jueces no pasan por su mejor momento en la imagen pública. Los beneficios que cuentan como el no pago del impuesto a las ganancias, los horarios de trabajo y las extensas vacaciones siempre fueron motivo de críticas.
Habrá que ver si estas cuestiones forman parte de sus planes. Se verá.