Todos los puntos oscuros que el peritaje de Gendarmería no explica en la muerte de Nisman

La muerte de Nisman, motivo de controversias.
El gobierno sostiene la tesis del homicidio del fiscal.

Las conclusiones del peritaje redactado por los peritos de la Gendarmería que integraron la junta interdisciplinaria, según lo que trascendió a través de los medios más cercanos al Gobierno, dejan muchos puntos sin explicar en la hipótesis que sostiene que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado por dos sicarios.

Las conclusiones del informe que será entregado al fiscal Eduardo Taiano, a cargo de la causa delegada por el juez Julián Ercolini, dicen básicamente que dos hombres sometieron a Nisman por la fuerza, lo llevaron hasta el baño del departamento y lo obligaron a dispararse.

Las conclusiones sostienen también que se le había suministrado ketamina -un anestésico que se usa en veterinaria- para doblergar la voluntad del fiscal y que lo habían golpeado. Se habla de una fractura en la nariz y golpes en el cuerpo para doblegar la voluntad de Nisman.

El fiscal murió cuatro días después de haber denunciado a la ex presidente Cristina Kirchner y al ex canciller Héctor Timerman por haber firmado un memorandum con Irán para supuestamente levantar las órdenes de captura de los iraníes acusados del atentado contra la sede de la AMIA.

Conocido el peritaje de la Gendarmería, fuerza que se haya en medio de una crisis institucional y seriamente cuestionada por la desaparición de Santiago Maldonado, la conclusión la hizo la diputada Elisa Carrió, una de las voces autorizadas de la alianza Cambiemos.

«Esto tiene que ver con Nisman, porque es el caso que obsesiona a Cristina Kirchner, porque es un crimen de Estado con impacto internacional. El gobierno de Cristina ordenó matar a Nisman. En la misma fecha se dieron los hechos: se avanzaba en causas que tienen que ver con el pacto con Irán a la vez que lo de Maldonado. Esto no significa que se inventa su desaparición, pero sí que hacen un uso de un hecho para tapar otro», aseveró la diputada.

Aunque parezca tan obvio cómo lo plantea la diputada, nada es tan simple señora. Y el informe de los peritos de la Gendarmería, que dicen todo lo contrario que el dictamen del Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema de Justicia, deja muchos interrogantes sin respuesta. Veamos.

La muerte de Nisman fue consecuencia de un disparo de la pistola Bersa calibre 22, que el técnico informático Diego Lagomarsino, le llevó al fiscal, luego de que éste le dijera que la quería para protegerse. Nisman también le había pedido una pistola a uno de los policías de su custodia.

Los dos sicarios mencionados por la Gendarmería, ¿cómo sabían que el arma de Lagomarsino iba a estar esa noche precisamente en el departamento del fiscal? Habrá que suponer entonces que los dos homicidas estaban complotados con Lagomarsino. La Gendarmería no lo dice.

Si Lagomarsino es parte de ese complejo entramado, no tiene sentido que deje su propia pistola en el departamento del fiscal y que lo maten con esa arma. Es como dejar su propia firma como autor del crimen. Podría haberle dado otra arma que fuera imposible de rastrear.

El peritaje de Gendarmería ubica la data de la muerte como máximo a las dos de la madrugada del domingo. El dictamen de la Corte la ubica entre las 8 y las 12 del domingo, aproximadamente. En cualquiera de los dos casos, deja a afuera a Lagomarsino, pese a que ahora se lo quiera vincular, ya que después de las ocho y media de la noche del sábado Lagomarsino, se había ido del edificio de Le Parc, donde vivía el fiscal.

El peritaje tampoco explica como hicieron los homicidas para entrar y salir del complejo Le Parc, donde vivía Nisman en un departamento alquilado. El complejo tiene custodios en todos sus ingresos y un sistema de cámaras, aunque algunas de ellas no funcionaban, como las de las escaleras y el ascensor de servicio.

De todos modos, la entrada y salida de los homicidas del complejo hace que los complotados sean muchos más: por ejemplo, los integrantes de la empresa de seguridad que brinda ese servicio en Le Parc. Cada vez que Lagomarsino iba a Le Parc tenía que anunciarse y si el fiscal daba el acuerdo lo dejaban subir.

Otro detalle que el peritaje de Gendarmería no responde: las dos puertas del departamento estaban cerradas con llave. Inclusive la entrada de la puerta de servicio había quedado con la llave adentro. La noche del domingo en que se encontró a Nisman muerto en su baño, la mamá del fiscal llamó a un cerrajero porque no podía abrir con su llave.Esa puerta, que es blindada, tenía dos cerraduras: la primera fue abierta por la mamá de Nisman, la segunda era la que tenía la llave adentro.

La puerta principal no se abría con llave: tenía una clave electrónica y estaba activa cuando la mamá de Nisman llegó al departamento. Es decir, que los supuestos homicidas conocían la clave y la activaron después de irse del departamento.

El peritaje de Gendarmería sostiene que en el cuerpo de Nisman había restos de ketamina, pero no dice que se trata de un alucinógeno, una droga que se usa con fines recreativos. Para ser doblegado en su voluntad, se le tendría que haber inyectado una amplia dosis. La autopsia no encontró ningún pinchazo en el cuerpo del fiscal.

Los gendarmes dicen también que los asesinos le rompieron la nariz de un golpe y que le pegaron en el cuerpo. Los médicos que hicieron la autopsia, integrantes del Cuerpo Médico Forense, el más prestigioso del país, no encontraron nada de eso. Es decir, que esas lesiones no existían.

Otro detalle tampoco explicado. La pistola fue encontrada en el hombro izquierda de Nisman. No se entiende entonces porque los sicarios no dejaron el arma cerca de la mano derecha, para simular el suicidio en forma más directa. Un interrogante más que no tiene respuesta.

 


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