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Envalentonada con la victoria, Carrió analiza volver a la carga contra Lorenzetti

La diputada promete volver a la pelea contra el presidente de la Corte. Jueces federales se alinean detrás de Lijo y sintonizan con Cambiemos.

Macri ya no podrá frenar a Carrió.

Macri ya no podrá frenar a Carrió.

El resultado de las PASO del fin de semana encierra la clave de futuros movimientos que tendrán lugar en el fuero federal desde esta semana y hasta el 22 de octubre.

Los primeros sondeos de Cambiemos encargados por Jaime Durán Barba vienen a confirmar lo que se creía en Balcarce 50: en los grandes polos urbanos las causas judiciales por corrupción resultan ser taquilleras a nivel electoral.

De este modo la prisión de Ricardo Jaime explicaría parte del arrasador resultado de la liga Cambiemos en Córdoba mientras que la detención de Claudio «El Mono» Miniccili habría sido determinante para la victoria del millonario empresario Eduardo Costa en Santa Cruz.

Los resultados confirman la lógica exhibida por el juez Ariel Lijo en sus peregrinaciones a Olivos: ante una economía que no despierta del todo la película procesal de la Argentina es crucial más cuando se castiga corrupción ejercida desde el Estado.
Lijo se vendió como un aliado estratégico para Cambiemos y hasta ahora le salió bien porque detrás de si se enfilan casi todos los jueces federales con las excepciones de Sebastián Casanello y Claudio Bonadio, que prefiere jugar por su lado.
Frente a esa sinergia entre jueces federales y el oficialismo, el kirchnerismo luce desorientado, sin interlocutores plausibles. Hace mucho que Juan Martín Mena no recorre el edificio de Retiro, desde donde sólo surgen malas noticias para los ex funcionarios.
Hay otro efecto igual de potente que se cocina desde la madrugada del lunes. Fabián Rodríguez Simón y Elisa Carrió – amplia ganadora de la PASO – quieren volver a la carga contra Ricardo Lorenzetti y reactivar el juicio político en el Congreso por diversas irregularidades.
Lorenzetti, en tanto, vive en la clandestinidad. Ya no recibe premios en el exterior, no hace sus reuniones con periodistas y medios de comunicación y limita al máximo las coberturas del CIJ, la agencia de noticias de la Corte que concentraba la difusión de sus actividades.