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Porqué el Gobierno le restó apoyo al juicio por encubrimiento en la AMIA

Los vínculos entre una de las juezas y el ministro Garavano. La renuncia de los abogados del Ministerio en medio del juicio oral.

El atentado sigue impune.

El atentado sigue impune.

La Secretaría del Ministerio de Justicia dedicada al caso AMIA a cargo de Mario Cimadevilla  busca a toda velocidad cubrir las vacantes que dejaron los abogados que representan al Estado en el juicio oral por las irregularidades en la investigación y que tiene al ex juez Juan José Galeano en el centro de todas las miradas.

Los abogados renunciaron en masa porque aseguran que su jefe Miguel Inchausti, avalado por Germán Garavano, no quiere acusar a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia y solo busca hacer foco en Galeano. El tema tuvo un prólogo complejo cuando en marzo renunció la abogada Mariana Stillman que había llegado recomendada por Elisa Carrió.
El trasfondo sería el siguiente. Mullen y Barbaccia han convencido, mediante el llamado alegato de oreja, a la jueza Karina Perilli, integrante del tribunal, de que los exfiscales fueron prácticamente víctimas del Ejecutivo y de Galeano, dicen quienes conocen la trama.
Perilli a la vez ha compartido esta idea que Garavano la ha aceptado. Perilli y Garavano tienen una fuerte relación desde que este era fiscal porteño. El  actual ministro es amigo de Eugenio Cozzi, casado con Perilli y ex titular del Colegio de Abogados porteño.
Cimadevilla tiene que buscar ahora abogados para el juicio porque el radical ya comienza a preveer el peor de los escenarios: que una acusación fallida en lo técnico repercuta en una demanda contra el Estado en tribunales internacionales.
Según publicó el diario Página 12, Stilman le envió una carta a Garavano explicándole que su renuncia se debía a diferencias sobre la estrategia procesal. La abogada consideró que el Estado tiene que tener un papel activo contra los exfiscales en el proceso oral.
Sin embargo, por expresa orden de Garavano, al lado de Stilman, según la abogada, se designó a Inchausti  que se opone a tener un papel activo como querellante y como acusador.
«Esto podría generar la defensa de intereses opuestos», dijo la abogada, dando a entender que en lugar de acusar al expresidente Carlos Menem, al exjuez Juan José Galeano, a los jefes de la SIDE, los fiscales, al extitular de la DAIA, Rubén Beraja, al exjefe policial, Jorge «El Fino» Palacios y a Carlos Telleldín, todos acusados por sembrar pistas falsas, se pretendería ayudar a sus defensas.
«Los cambios ordenados en nuestra querella -señaló la letrada- están directamente relacionados con el criterio disímil que se me ha planteado en cuanto al rol y la actividad que debe tener esta parte acusadora. Considerando la suscripta que dicho rol debe ser suficientemente activo como para llegar a la verdad de los hechos investigados, plagados de numerosas irregularidades cometidas -20 años atrás- por funcionarios de gobierno y judiciales. Entiendo que de lo contrario podría generarse la defensa de intereses opuestos», afirmó la abogada.

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