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Un mes que parece un año

Por Cecilia González

De regreso en Argentina. Enero 2017 (un mes que ya parece un año).

-Los periodistas oficialistas siguen trabajando con toda tranquilidad, justificando, por ejemplo, a la gobernadora que se fue de vacaciones a Playa del Carmen en plena emergencia por las inundaciones. Hay que entenderla, estaba cansada, se divorció el año pasado, necesita estar con sus hijos, trabaja mucho… casi me convencen, pero vi el video de hace un par de años en el que Vidal denostó a Scioli por viajar en una situación similar y se me pasó. El doble estándar (avalado por ciudadanos que critican/justifican según sus simpatías políticas y no de acuerdo con los hechos) está consolidado en Argentina.

-El ingenio periodístico oficialista continúa ¿eh? Me hace mucha gracia porque medios que atacaban al periodismo militante kirchnerista publican notas tipo: “Como si fuera el capitán de un barco que -de a poco- encuentra su rumbo, la gestión de Mauricio Macri en temas económicos cuenta con el aval de los líderes más influyentes del país”. Órale. El capitán del barco. Hay que reconocer el intento poético. Me hubiera encantado que La Nación publicara los nombres de los 250 “líderes de opinión” que según su encuesta aplauden a Macri, en particular a los 44 “comunicadores” que participaron. No lo hizo, ¿cierto?

-También hubo una nota que citó a una fuente anónima: «Peña, Quintana y Lopetegui sienten que están bajando de Sierra Maestra para hacer la revolución democrática que ponga a la Argentina en el lugar que merece en el mundo”. Después de reírme un rato (largo), pensé que, por jerarquía, Peña sería algo así como el Che y Macri, Fidel, pero no creo que al presidente le guste mucho la analogía. Los discursos largos y profundos no son lo suyo.

-Hay cosas que no cambian: el aniversario de la muerte de Nisman sirvió de pretexto para relanzar la campaña “el gobierno kirchnerista mató al fiscal”; Milagro Sala sigue presa de manera ilegal; reprimieron a manteros de Once, a mapuches y a trabajadores de AGR Clarín (de esto último ampliaremos), funcionarios que niegan los crímenes de la dictadura (¿todavía no echan a Gómez Centurión?), el presidente que defiende a sus funcionarios sospechados (Arribas)…

-Pero hay cosas que cambiaron tanto que me hacen sentir que regreso a otro país: los jubilados abusivos ya no tendrán medicinas gratis, ya no se podrá comprar en cuotas sin intereses, ya no se van a poder exportar limones a Estados Unidos (exportación que había sido presumida como uno de los grandes logros del gobierno) y se acabaron los feriados-puente. Hay que tener verdadero sentido de la oportunidad para ser presidente e irte de vacaciones (otra vez) la misma semana que suspendes por decreto una medida que beneficiaba a tantos trabajadores.

-Con su ya conocido compromiso social y siempre del lado de los laburantes, Carrió celebró el fin de los puentes. “En este país nadie trabaja”, dijo la diputada. Capaz era una autocrítica porque ella tiene récord de ausencias en sesiones como las de diciembre, cuando se fue de vacaciones a Miami mientras se votaban los cambios a Ganancias. Creo que ella y Vidal se disputan la mayor protección mediática hacia un político argentino. Ni Macri se salva tanto de las críticas como ellas dos. Michetti les debe tener envidia.

-Ay, y lo del 24. Quién será el genio del gobierno que propuso que dejara de ser inamovible el 24 de marzo, justo cuando se conmemora (no se celebra) el inicio de la última dictadura militar. Lo que son ganas de tener problemas gratis ¿eh? O de seguir aplicando la estrategia “si pasa, pasa”, aunque otra vez no pasó y el gobierno tuvo que volver a dar marcha atrás. Los organismos y las personas comprometidas con los derechos humanos ya demostraron que nunca van a dejar de luchar, que no van a ceder, que saben pelear y resistir. A ver si ya se enteran en el gobierno y se ponen más listos (no digo sensibles, sería pedir demasiado) con estos temas. El 24, como siempre, nos íbamos a ver en la gran marcha, fuera o no feriado.

-También siguieron los cambios en el Mejor Equipo de los Últimos 50 Años del mundo mundial y echaron del Banco Central a Melconian (el que dijo: “como todos los argentinos, tengo dinero guardado en el exterior”) y entró González Fraga, el funcionario que no sabe qué tan pobres son los pobres y que hizo méritos con reflexiones como que el perverso kirchnerismo “le hizo creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior». A quién se le ocurre que los sueldos sirvan para tantas cosas.

-El gran misterio es Bergman, el ministro de Medio Ambiente que pesar de su probada ineptitud sigue en el cargo. Capaz que los rezos funcionan en su caso particular y logran el milagro de mantenerlo en el gabinete. Hasta se calificó con un 8, como el presidente. Autoestima tienen ¿eh? no podemos negarlo.
-Lo mejor de este mes que anduve fuera es La Historia del Espía Espiado. Es lo máximo. Cuando yo llegué a Argentina hace muchos años, me advirtieron que los periodistas vinculados a “los servicios” (o sea, la exSIDE) eran malos periodistas, estaban desprestigiados. Se ve que ahora ya no es tan así porque es impresionante la campaña mediática para victimizar a Stiuso. ¡A Stiuso! Las obsesiones antiK y proK le han hecho mucho daño a muchos colegas, es una pena por el periodismo en general, pero este es un caso extremo que roza el absurdo.

-Lo sorprendente (naaa, mentira, no es sorprendente) es que hayan manipulado la primera transcripción que se filtró a la prensa de la charla telefónica entre la ex presidenta y Parrilli. Sí, el espionaje ilegal y las filtraciones son gravísimas, pero la verdad lo que más lamento es que nos hayamos quedamos sin el “Usá internet, pelotudo” como frase de Fernández de Kirchner para la posteridad. Era demasiado buena para ser verdad. 🙁

-Hablando de frases, creo que los funcionarios leyeron mi lista del 2016 y ya empezaron a competir por la de 2017. Con elegancia y clase insuperables, Miguel Ángel Ponte, secretario de Empleo, justificó la precarización laboral y los despidos porque «la posibilidad de entrar y salir del mercado laboral hace a su esencia, como comer y descomer». La verdad es que a los únicos que “descomen” siempre es a los trabajadores, eso no falla.

-Para no quedarse atrás, el ministro de Trabajo pidió que “entendamos al que despide”. Y sí. Nadie piensa en los pobres empresarios (y el Estado) que echa gente, que recontrata con contratos basura, que reduce sueldos, prestaciones y derechos. Debe ser muy difícil, capaz hasta se deprimen, pero seguro se les pasa pronto.

-Lo bueno es que veo que Juliana sigue deslumbrando, que apostó a la sensualidad y estuvo con dos nenas de la Villa 31 que no conocían el mar. Enternecedoras las fotos en que las nenas la abrazan con tan espontánea gratitud. ¿Cómo andará la huerta?

Volvimos.
Seguimos.


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