| Gatillo fácil

Un policía le dispara en la cabeza a un joven cuando tenía las manos levantadas

La policía dijo que el disparo salió durante un forcejeo. Pero los vecinos dijeron que el policía disparó cuando ya se había entregado.

El joven en el piso, después del disparo.

El joven en el piso, después del disparo.

La versión que dio a conocer la policía habla de un disparo en medio de un forcejeo, que le provocó una herida en la cabeza a un joven que permanece internado en estado delicado. La otra versión, más creíble, sostiene que el joven recibió un tiro cuando ya se había “rendido” y tenía las manos en alto. Ocurrió en la tarde del jueves, en la esquina de Carlos Calvo y Jujuy, en el barrio de San Cristóbal y por las circunstancias del hecho se asemeja bastante a un caso de gatillo fácil

“Cuando la noticia se hizo eco, los medios oficiales tardaron minutos en armar el colchón de contención. La versión policial había llegado fresca, después de manipular la escena y plantar lo que fuera necesario. Pero por suerte pudimos llegar rápido para corroborar”, sostuvo en su página web la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi).

“Los vecinos y vecinas escucharon, todos sin excepción, un sólo tiro. Sin embargo, al momento de la reconstrucción, se encontraron 12 vainas dispersas junto al cuerpo. Es indudable que apuntaron a simular un tiroteo. Pero no alcanzó, lo había visto mucha gente. Demasiada”, agregó la entidad.

La abogada de Correpi María del Carmen Verdú dijo que el joven estaba internado, en estado muy grave, pese a que algunos medios indicaban que había muerto, después que un policía le dio un disparo en la cabeza. Verdú aseguró que había muchos testigos cuando ocurrió el hecho y que la versión coincidente era que el joven había recibido un disparo en la cabeza cuando había terminado la persecución y se encontraba parado con las manos en alto.

El hecho ocurrió en la misma calle donde se encuentra el Sindicato Unico de Trabajadores del Neumático Argentino (Sutna) y varios de sus directivos se encontraban reunidos en el primer piso cuando se escuchó el disparo. Uno de sus integrantes dijo que no escucharon un tiroteo y que cuando bajaron a la vereda vieron al joven tirado en el piso, mientras convulsionaba, rodeado por una multitud de policías.

La versión de Correpi sostiene que el chico fue perseguido durante más de cien metros por un policía vestido de civil. “El pibe se entregó, levantó las manos, desarmado. Pero cuando se dio vuelta le dieron una sola explicación: un sólo tiro, en la frente. Los otros once podemos darnos cuenta quién los puso.

Y cuando ya era difícil de justificar empezaron a hablar de un loquito suelto. A fin de año demostramos que durante este primer año de gobierno “Cambiemos”, murieron 284 personas. Una cada 25 horas, a lo largo y ancho del país. No es una excepción, no es un tiro al aire, no es un cebado. Es toda la institución”, agregó la entidad.

Una versión un poco diferente es la que publica en su página el Partido Obrero. “El civil con el arma en la mano se acercó con vehemencia hacia el joven. No fue a esposarlo ni le dijo que se arrodille ni que se pusiera boca abajo. Con el arma en la mano se acercó raudo y le pegó un culatazo en la cabeza. Entonces -ambos testigos coinciden- el tiro se escuchó. El joven cayó sobre el asfalto. La sangre manaba. Hacía convulsiones”, dice la nota.

Y agrega: “El hombre del arma en la mano, de remera azul, pantalón de policía y borcegos, se mantenía quieto, apuntando con el arma que acababa de disparar en dirección perpendicular al cuerpo, que convulsionaba, mientras miraba a los costados, una y otra vez, sin dejar de apuntar al joven que agonizaba. Hasta que algún vecino le gritó: “¡Asesino!”.

La versión de la Policía Federal es diferente. Según un cable de la agencia oficial Télam “el chofer de un colectivo de la línea 23 que circulaba por la calle Estados Unidos al llegar a la esquina de Saavedra advirtió al personal de seguridad de un comercio mayorista que un delincuente estaba robando a los pasajeros”.

El custodio de ese negocio fue quien alertó a un sargento de la División Base Destacamento de la PFA que se encontraba de vigilancia en la zona, quien persiguió “al presunto ladrón por la avenida Jujuy y, al llegar a la esquina de Carlos Calvo, intentó detenerlo cuando trataba de forzar el portón trasero de una camioneta. El delincuente se resistió a la detención y comenzó a forcejear con el policía momento en que, según relató después el efectivo, se le escapó un disparo de su arma reglamentaria e hirió en la cabeza al sospechoso”.